Personalidades
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Bernhard Büter:
Mártir local del régimen de Hitler
Este extracto está tomado de Home, Heaven and Hitler's Hell: Tales of Boyhood and Mysticism in Germanypor Hans G. Rolfes, Capítulo 6, págs. 71-74. Nos pareció de interés para nuestros lectores como un ejemplo de cómo los católicos de Alemania detestaban a Hitler, la guerra de Hitler y el nazismo, todo lo cual sorprendentemente ha sido revivido y elogiado en algunos círculos hoy.
Bernhard, generalmente llamado Bernd, era hijo de un granjero local que se dedicaba a la recogida, el transporte y la redistribución de envases de leche estándar hacia y desde la lechería en el pueblo de Wehm. A primera hora de la mañana los contenedores llenos de 20 litros se alineaban en la carretera delante de las granjas y Bernd los llevaba con su tiro de caballos y su sólido carro de cuatro ruedas a la lechería, donde los vaciaban y la leche era procesada.
Granjas en Cloppenburg, Alemania, donde nació Bernhard; abajo, un distribuidor de leche en la época de la Segunda Guerra Mundial
De hecho, el obispo de la vecina diócesis de Munster, Clemens August Graf (Earl) von Galen, era un crítico abierto de las políticas nazis y, por tanto, recientemente había tenido que sufrir el trato especial de Berlín. Aunque el gobierno decidió no encarcelar a este popular obispo, ya que podría provocar una reacción no deseada en su diócesis, se le enviaron repetidos mensajes cerrando “sus” monasterios y conventos y arrestando a los religiosos por cargos falsos.
Esto enfureció al piadoso Bernd, que expresó sus sentimientos en estas sesiones matutinas. Afortunadamente, nadie en el pueblo era “lo suficientemente moreno” como para denunciarlo a las autoridades, de lo contrario lo habrían detenido rápidamente.
Cuando la noticia de las apariciones marianas en Heede llegó a Bernd poco después del evento inicial, decidió pasar una noche en este lugar sagrado, a menos de 20 millas de su casa. Nunca olvidó la experiencia y finalmente decidió registrar su impresión en un extenso poema. Con estos antecedentes y la costumbre de Bernd de expresar su opinión de manera abierta y desafiante, resulta incluso sorprendente que haya durado tanto tiempo en la Alemania de Hitler...
Obispo Clemens August von Galen, un fuerte manifestante contra el nazismo
Si bien el número de víctimas pronto se disparó, nunca se mencionaron cifras oficiales hasta que los servicios de noticias extranjeros afirmaron que un millón de alemanes habían sido asesinados. En ese momento se publicaría en la prensa alemana la cifra de 100.000, pero casi nadie tenía fe en la cifra, ya que las listas locales comenzaban a crecer día a día. Además, los heridos eran rápidamente curados en hospitales de campaña y muy a menudo se utilizaba injustamente una “licencia” para completar su recuperación.
Esto le sucedió a Bernd durante el verano de 1943, y cuando regresó a su unidad a finales de agosto, discutió la precaria situación en Rusia y el régimen impío de Hitler con algunos camaradas en su compartimento ferroviario. Sin embargo, dos hombres de las SS los oyeron y los hicieron arrestar en la siguiente estación de tren. Se les acusó de haber dicho: “¡Si Hitler hubiera tenido alguna fe, no habría desertado ni traicionado a los soldados alemanes en Stalingrado!”.
Bernd esperaba entre seis semanas y dos meses de cárcel, pero la situación pronto se volvió mucho más grave. Aquí está la última carta de Bernd a sus padres y la carta adjunta del sacerdote católico (traducida):
Berlín, 26 de mayo de 1944
Queridos padres, hermanos y hermanas,,
Bernhard Büter (1913-1944)
Moriré por Cristo; ese es mi lema. No estéis tristes, porque Jesús ha determinado mi destino y, por tanto, tiene que ser así. Moriré con la esperanza y la convicción de que “¡hoy estarás conmigo en el paraíso!”. Sí, queridos padres, para ese fin he pasado mis días aquí en la tierra. Para recordarme, lean mis historias y serán consolados. La vida en la tierra es por poco tiempo y la verdadera felicidad la encontraremos en el Cielo, mi próximo destino. Por eso no voy a escribir más, ya que vamos a celebrar nuestro reencuentro allí en el futuro, donde Dios nos concederá el gozo y la felicidad por todo el sufrimiento que tuvimos que soportar aquí abajo.
Con este hermoso lema y saludo católico los saludo: “¡Alabado sea Jesucristo!” Esta es mi última declaración para vosotros y con esta fe soportad este duro golpe que os he causado. No estén tristes, oren y todo estará bien.
De ustedes Bernardo.
Carta del pastor a la familia de Bernhard
1 de junio de 1944
Qué el Señor esté con vosotros, querida familia Büter,
Es mi deber muy pesado y triste comunicarle la trágica noticia de la muerte de su querido hijo Bernhard. Se me permitió prestarle asistencia final el viernes por la mañana antes de Pentecostés, 26 de mayo. Poco después de las 6:00 a. m., él y sus compañeros fueron informados de que su apelación de clemencia había sido denegada y que la sentencia se ejecutaría después de las 8:00 h. a.m. Hasta ese momento, todavía esperaba que se le concediera el perdón. Hizo su confesión y luego me dijo algunas cosas, que anoté textualmente y que adjunto a continuación:
“Dile a mis familiares que muero únicamente por Nuestro Señor. Quizás encuentren consuelo en mis poemas. No deberían estar tristes, ya que definitivamente espero un futuro mejor que el de muchos otros. Sé que Dios perdonará mis pecados. Lo que he cometido no me parece un delito. El que me traicionó es alguien que no cree en nada, pero yo con gusto moriré por el Señor. Sé que me recompensará en consecuencia. No estén tristes, sino felices y fuertes, ya que podrán asumir que soy un mártir de Cristo y, por lo tanto, afronto la muerte con un estado de ánimo feliz.
La muerte por pelotón de fusilamiento era un castigo nazi común para cualquiera que criticara al régimen.
Luego escribió dos últimas cartas y fumó unos cuantos cigarrillos. Definitivamente no quería comer nada, aunque le ofrecí algunas buenas opciones. Dijo: “Hace bastante tiempo que no como nada por la mañana y no tengo intención de cambiar esta mañana”. Terminadas las cartas, todos recibieron la Sagrada Comunión y la Absolución General con la Indulgencia General.
Debo admitir que fueron momentos muy conmovedores y que nunca olvidaré. ¡La compostura, la reverencia y la intimidad que los hombres mostraron al recibir la Sagrada Comunión fueron el sustento para su viaje!
Entonces llegó el momento de partir. Condujimos hasta Berlín Tegel, donde tuvo lugar la ejecución por fusilamiento. En el auto oré con ellos y bendije a sus familias. Luego lo acompañé en su último paseo. Le leyeron su frase una vez más y respondió claramente: “¡Muero por Cristo, mi Rey!” Las mismas palabras las repitió una vez más estando erguido: “¡Muero por Cristo, mi Rey!”
A las 8:25 entró en la eternidad. No sufrió ningún dolor físico.
Otra carta a la familia
Querida familia Büter!
Acepte mi más sentido pésame por su inmenso dolor, que también se aplica a su querida prometida, cuya foto siempre tenía en su mesa.
Waldfriedhof Halbe, el cementerio
donde está enterrado Bernhard
A las 9:50 le celebré la Santa Misa y posteriormente otro sacerdote hizo lo mismo. Pueden estar seguros de que él está en el Cielo. Lo recordaré con mucho gusto, y especialmente a vosotros, en el futuro, en la misa y en la oración.
Que el Señor os dé fortaleza y consuelo en vuestro momento de dolor. Recuerden el dicho de San Jerónimo: “¡No estemos tristes por haberlo perdido, sino agradecidos por haberlo tenido y todavía tenerlo, porque todos viven para el Señor y quien regresa a Él, permanece en la familia!”
Humilde y sinceramente suyo,
Nota: El régimen prohibió a la familia publicar la noticia del destino de Bernd, o incluso notificar a sus familiares y amigos. Sin embargo, cuando se celebró una misa de réquiem en su parroquia local de Werlte, la iglesia estaba llena. Esta era la única manifestación disponible y segura para ellos entonces, que podían hacer contra los métodos del régimen hitleriano...
Bernhard Büter está enterrado en Waldfriedhof Halbe/Landkreis Dahme, bloque X, Reihe 17, Grab-Nr. 2982, Stein-Nr. 372.
Publicado el 1 de julio de 2024
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