San Juana de Valois, comentario de Plinio Correa de Oliveira sobre el Santo del Día, 4 de febrero

El Santo del Día

Santa Juana de Valois, 4 de febrero

Prof. Plinio Corrêa de Oliveira

Selección Biografica

Juana de Valois (1464-1505) fue la segunda hija de Luis XI, rey de Francia. Estaba comprometida con Luis, duque de Orleans, y el matrimonio tuvo lugar en 1476. Tras la ascención de su marido al trono, éste obtuvo una declaración de que el matrimonio era inválido. Posteriormente fundó la Orden de la Anunciación.

Comentarios del Prof. Plinio:

Juana de Valois era una dama extraordinariamente fea y deformada. Por su fealdad su marido la despreciaba, en un momento en que el espíritu de frivolidad ya había comenzado a crecer, dando origen al culto a la belleza de nuestros días. Su marido, que se convirtió en rey de Francia, se negó a vivir con ella. Su padre, el rey Luis XI, también se avergonzaba de estar con ella y solo la visitaba unas pocas veces al año.

Situada en esta situación de desprecio generalizado, demostró una virtud muy encomiable, es decir, se mantuvo segura y confiada. Mantuvo una gran dignidad y compostura que provenía de un estado de ánimo indomable. En efecto, ella respondió así a su situación:

“La razón por la que la gente me desprecia no es válida. Porque el valor de una persona no proviene de la belleza del cuerpo, sino de la belleza del alma. Tengo valor como princesa, hija de rey, esposa de rey y católica, y no hay fealdad que pueda anular estos valores. Esto es parte del orden moral. Los hombres pueden pensar lo que quieran, juzgar lo que quieran, yo me comportaré sin arrogancia pero en total conformidad con mi dignidad”.

Ella nunca mostró vergüenza por su situación ni se mostró insegura ante su fealdad. Nunca se permitió la autocompasión ni permitió que nadie la despreciara. Incluso después de que su matrimonio fue anulado, llevó su cruz pacífica y tranquilamente con la cabeza en alto. Repudiada como esposa del rey Luis XII, recibió el título de duquesa de Berry y gobernó una gran cantidad de propiedades. También fundó una orden religiosa, la Orden de la Anunciación. Ella dio, por tanto, un gran sentido a su vida, que fue una expresión externa de su profundo valor moral. Adquirió una virtud heroica y, en reconocimiento de ello, la Iglesia la elevó al honor de los altares.

¿Cuál es la lección para nosotros?

Significa que incluso cuando la gente quiera despreciarnos, perseguirnos o anular cosas a las que tenemos derecho, debemos permanecer seguros de nuestra posición. Porque si uno sabe que actúa de acuerdo con la doctrina católica, debe tener una conciencia tranquila. El hombre que actúa de acuerdo con la doctrina católica no tiene nada que temer ni de qué avergonzarse. Más bien, debería estar orgulloso de ello y seguro de sí mismo.

Incluso si la Revolución nos ofende o desprecia con arrogancia, nuestra posición debería ser la de Santa Juana de Valois. Frente a las mentiras y las calumnias, debemos comportarnos como ella. Debemos recordarnos a nosotros mismos:

“Los hechos prueban que yo actúo según la doctrina católica. Mi conciencia me dice que no hay nada que reprochar en mi acción. Por tanto, ante los ojos de Dios y sus Ángeles, puedo estar sereno y en paz, seguro de que nunca seré despreciado por ellos. No importa si los hombres me desprecian. Tengo la fe católica y sé que estoy siguiendo la verdad enseñada por la verdadera Iglesia. Que los demás piensen lo que quieran, juzguen lo que quieran, no cederé ni un centímetro de mi puesto para complacerlos”.

Esta es la enseñanza, la lección de la verdadera dignidad humana que nos dio Santa Juana de Valois.


Prof. Plinio Corrêa de Oliveira

El Santo del día Las características más destacadas de la vida de los santos se basan en los comentarios realizados por el fallecido Prof. Plinio Corrêa de Oliveira. Siguiendo el ejemplo de San Juan Bosco, quien solía hacer charlas similares para los chicos de su colegio, cada tarde era la costumbre del profesor Plinio hacer un breve comentario sobre las vidas del santo del día siguiente en una reunión para jóvenes con el fin de alentarlos en la práctica de la virtud y el amor por la Iglesia Católica. TIA pensó que sus lectores podrían beneficiarse de estos valiosos comentarios.

Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siguiendo el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.