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Dedicación de la Archibasílica de Letrán -
9 de noviembre
El 9 de noviembre se conmemora el día de la dedicación de la Basílica del Santísimo Salvador, llamada madre y sede de todas las iglesias, la Iglesia de Letrán. Es la única iglesia del mundo católico con el título de Archibasílica.
Tengo ante mí una nota histórica que dice: El 9 de noviembre de 324, el Papa Silvestre I presidió la dedicación oficial de la Basílica de Letrán. En 315, el emperador Constantino había ordenado la construcción de la Basílica.
Recuerden que Constantino fue el Emperador que liberó a la Iglesia y la sacó de las Catacumbas. Entonces, en consonancia con ese gesto, ordenó la construcción de la Basílica.
Ese sitio había sido el Palacio de la familia Laterani en Roma durante mucho tiempo; luego, debido a su ubicación en la cima de una colina, se convirtió en un fuerte para los guardaespaldas de la caballería imperial romana. A través de su esposa Fausta, la propiedad pasó a manos de Constantino, quien la transformó, primero, en un palacio para su familia; luego, tras donarlo a la Iglesia, lo convirtió en Basílica. El Papa Silvestre consagró la Basílica al Santo Salvador en 324 y se convirtió en la Catedral del Papa.
Se puede imaginar la emoción de los católicos, que, tras siglos de persecución y la vida de las catacumbas, finalmente vieron levantada una grandiosa basílica que afirmaba el esplendor del culto católico en la ciudad más importante del mundo. Pueden imaginar su alegría al ver la declaración pública de que Nuestro Señor Jesucristo fue el verdadero Salvador de la humanidad.
En la propia Roma, la adoración a Nuestro Señor se manifestó ante los ojos de todos y fue recibida con admiración, mientras que el culto pagano fue proscrito. Algo parecido a lo que serán los primeros momentos del Reino de María. Pocas cosas pueden dar más una idea de cuál es la verdadera alegría católica que ese episodio.
La nota histórica continúa: Durante mucho tiempo, los Papas establecieron su residencia en un Palacio que era una extensión de la Basílica. La Basílica se convirtió en su catedral, y por eso fue llamada madre y cabeza de todas las iglesias del mundo. Dos incendios devastaron la Archibasílica en el siglo XIV y se deterioró cuando los Papas se trasladaron a Aviñón. Los peregrinos que visitaban Roma encontraban las iglesias llenas de pasto y ganado pastando en su interior. Pollos, palomas y otros animales vivían dentro de las iglesias y usaban los altares como refugios…
Ven las rotaciones de la Historia. La Iglesia Católica deja radiantes las catacumbas. Ella levanta un inmenso edificio; después, dentro de ese edificio vienen las vacas a pastar porque los pastores están en Aviñón. Ven los giros de la Historia.
La nota continúa: Más tarde, la Basílica fue re-consagrada, esta vez en honor a San Juan Bautista y San Juan Evangelista.
Así, la Basílica del Santísimo Salvador tiene estos dos santos patronos secundarios.
Quien visita Roma nota una diferencia notable entre la Basílica de Letrán y la Basílica del Vaticano. La Basílica de San Pedro tiene un aire nuevo y vistoso, con todo el esplendor del Renacimiento. Mirándolo tenemos la idea de un banquete de bodas.
La Basílica de Letrán es mucho menos sensacional. Mucho más discreta, tiene un tono de antigua nobleza, con su grandeza y paz. Es, por así decir, consciente de su propia dignidad. Este es un ambiente que la Basílica de San Pedro no tiene.
La Basílica de San Pedro está ansiosa por realizar un gran espectáculo para ganarse la admiración de quienes la visitan. No es así con la Basílica de Letrán. Es consciente de su propia dignidad, se levanta majestuosa y solemne como si dijera: “Soy así naturalmente. No me embellezco, no necesito artificios; Soy lo que soy. Pero siendo lo que soy, soy digna de respeto y admiración”. Esta es la impresión que tenemos de esta Basílica. Una impresión totalmente diferente a la que recibimos al contemplar la Basílica de San Pedro.
Estos edificios muestran dos caras diferentes de la Iglesia. En un período de la Historia vemos su espontaneidad orgánica, dignidad y compostura; entonces, entran los vientos del Renacimiento trayendo un espíritu diferente y otra forma de presentarse.
Hoy, lamentablemente, frente a la Basílica de Letrán nos encontramos con un cruce de calles con un tráfico muy intenso, que rompe el recuerdo habitual de ese edificio. Así, encontramos la Basílica con su distinción como Reina, una Reina maternal muy genuina. Luego, justo enfrente, hay un movimiento frenético de autobuses, coches y scooters, multitud de personas y multitud de turistas de Europa y del mundo entero. Muy pocos de ellos miran realmente la Basílica. La gente pasa apresurada pensando en otras cosas.
Hoy en día, casi nadie entiende a esa Reina porque la gente ha perdido la capacidad de entenderla. No tienen ojos para ver ni inteligencia para comprender. Lo más curioso es que incluso los turistas europeos que van allí específicamente para visitarla, la miran, pero lo que realmente admiran es el “paraíso” de la tecnología del mundo exterior.
Aquí tenemos dos Europas en conflicto: la vieja Europa representada por la Basílica de Letrán y la nueva Europa de los adoradores de la vida moderna.
Esta falta de admiración presagia la eventual demolición del monumento. Primero, se tomará la decisión de transformar el monumento en una institución de caridad o en un museo. Luego, por razones prácticas, alguien propondrá: "¿Por qué no demolimos este edificio y lo reemplazamos por uno de 50 pisos? Será mucho más rentable para todos, incluida la Iglesia... Todavía puede albergar todos los objetos del museo con suficiente espacio para muchos otros buenos propósitos". El edificio desaparece y es reemplazado por algo sin historia.
¿No es esto lo que se está preparando para la Basílica de Letrán, e incluso para la Basílica del Vaticano? Qui lo sà? ¿Quién sabe?
El Santo del día
Las características más destacadas de la vida de los santos se basan en los comentarios realizados por el fallecido Prof. Plinio Corrêa de Oliveira. Siguiendo el ejemplo de San Juan Bosco, quien solía hacer charlas similares para los chicos de su colegio, cada tarde era la costumbre del profesor Plinio hacer un breve comentario sobre las vidas del santo del día siguiente en una reunión para jóvenes con el fin de alentarlos en la práctica de la virtud y el amor por la Iglesia Católica. TIA pensó que sus lectores podrían beneficiarse de estos valiosos comentarios.
Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siga el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.
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Tengo ante mí una nota histórica que dice: El 9 de noviembre de 324, el Papa Silvestre I presidió la dedicación oficial de la Basílica de Letrán. En 315, el emperador Constantino había ordenado la construcción de la Basílica.
Recuerden que Constantino fue el Emperador que liberó a la Iglesia y la sacó de las Catacumbas. Entonces, en consonancia con ese gesto, ordenó la construcción de la Basílica.
La Archibasílica del Santísimo Salvador y de San Juan Bautista y San Juan Evangelista en Letrán
Se puede imaginar la emoción de los católicos, que, tras siglos de persecución y la vida de las catacumbas, finalmente vieron levantada una grandiosa basílica que afirmaba el esplendor del culto católico en la ciudad más importante del mundo. Pueden imaginar su alegría al ver la declaración pública de que Nuestro Señor Jesucristo fue el verdadero Salvador de la humanidad.
En la propia Roma, la adoración a Nuestro Señor se manifestó ante los ojos de todos y fue recibida con admiración, mientras que el culto pagano fue proscrito. Algo parecido a lo que serán los primeros momentos del Reino de María. Pocas cosas pueden dar más una idea de cuál es la verdadera alegría católica que ese episodio.
La nota histórica continúa: Durante mucho tiempo, los Papas establecieron su residencia en un Palacio que era una extensión de la Basílica. La Basílica se convirtió en su catedral, y por eso fue llamada madre y cabeza de todas las iglesias del mundo. Dos incendios devastaron la Archibasílica en el siglo XIV y se deterioró cuando los Papas se trasladaron a Aviñón. Los peregrinos que visitaban Roma encontraban las iglesias llenas de pasto y ganado pastando en su interior. Pollos, palomas y otros animales vivían dentro de las iglesias y usaban los altares como refugios…
Ven las rotaciones de la Historia. La Iglesia Católica deja radiantes las catacumbas. Ella levanta un inmenso edificio; después, dentro de ese edificio vienen las vacas a pastar porque los pastores están en Aviñón. Ven los giros de la Historia.
La nota continúa: Más tarde, la Basílica fue re-consagrada, esta vez en honor a San Juan Bautista y San Juan Evangelista.
Así, la Basílica del Santísimo Salvador tiene estos dos santos patronos secundarios.
Basílica de San Pedro construida con espíritu renacentista
La Basílica de Letrán es mucho menos sensacional. Mucho más discreta, tiene un tono de antigua nobleza, con su grandeza y paz. Es, por así decir, consciente de su propia dignidad. Este es un ambiente que la Basílica de San Pedro no tiene.
La Basílica de San Pedro está ansiosa por realizar un gran espectáculo para ganarse la admiración de quienes la visitan. No es así con la Basílica de Letrán. Es consciente de su propia dignidad, se levanta majestuosa y solemne como si dijera: “Soy así naturalmente. No me embellezco, no necesito artificios; Soy lo que soy. Pero siendo lo que soy, soy digna de respeto y admiración”. Esta es la impresión que tenemos de esta Basílica. Una impresión totalmente diferente a la que recibimos al contemplar la Basílica de San Pedro.
Estos edificios muestran dos caras diferentes de la Iglesia. En un período de la Historia vemos su espontaneidad orgánica, dignidad y compostura; entonces, entran los vientos del Renacimiento trayendo un espíritu diferente y otra forma de presentarse.
En medio del tráfico y las multitudes, la grandeza de la Basílica de Letrán pasa desapercibida
Hoy en día, casi nadie entiende a esa Reina porque la gente ha perdido la capacidad de entenderla. No tienen ojos para ver ni inteligencia para comprender. Lo más curioso es que incluso los turistas europeos que van allí específicamente para visitarla, la miran, pero lo que realmente admiran es el “paraíso” de la tecnología del mundo exterior.
Aquí tenemos dos Europas en conflicto: la vieja Europa representada por la Basílica de Letrán y la nueva Europa de los adoradores de la vida moderna.
Esta falta de admiración presagia la eventual demolición del monumento. Primero, se tomará la decisión de transformar el monumento en una institución de caridad o en un museo. Luego, por razones prácticas, alguien propondrá: "¿Por qué no demolimos este edificio y lo reemplazamos por uno de 50 pisos? Será mucho más rentable para todos, incluida la Iglesia... Todavía puede albergar todos los objetos del museo con suficiente espacio para muchos otros buenos propósitos". El edificio desaparece y es reemplazado por algo sin historia.
¿No es esto lo que se está preparando para la Basílica de Letrán, e incluso para la Basílica del Vaticano? Qui lo sà? ¿Quién sabe?
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Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siga el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.