El Santo del Día
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Papa San Julio I - 12 de abril
Selección biográfica:
La Martirología dice que el Papa San Julio I (337-352) luchó por la fe católica contra los arrianos. Adquirió la fama de la santidad y descansó en paz después de muchas intervenciones gloriosas en las controversias arrianas.
En su Vidas de los santos , Engelberto de Colonia informa que Julio I luchó contra los eusebianos, quienes continuaron la herejía arriana y tenían un odio violento por San Atanasio, obispo de Alejandría. Cuando San Atanasio intentó volver a tomar su Sede de Alejandría, los herejes se opusieron a él y apelaron al Papa, quien convocó el Concilio de Sárdica en Iliria (343). El Papa Julio recibió a Atanasio en Roma para afirmar su apoyo a su doctrina y posición.
El Concilio confirmó la inocencia del Santo Obispo de Alejandría. El Concilio trató tres asuntos importantes: las verdades de la fe católica, las objeciones de los seguidores arrianos de Eusebio de Nicomedia y las quejas de los eusebianos contra San Atanasio. Ocho jefes de la facción arriana fueron depuestos y excomulgados, es decir, destituidos de su episcopado y de la comunión de los fieles.
Los Padres del Concilio de Sárdica enviaron al Papa Julio I la carta Quod semper credidimus , cuyo comienzo transcribimos:
“Los obispos reunidos en la ciudad de Sárdica, a nuestro amado hermano Julio, obispo de Roma,
“Siempre hemos creído y profesado lo que ahora hemos experimentado y escuchado. Lo que el Beato Pablo, Doctor de Naciones, dijo sobre sí mismo es cierto; a saber, que puesto que Cristo el Señor habitó en él, no puede haber duda de que el Espíritu habló a través de su aliento y resonó en su boca.
“Tú también, amado hermano, aunque separado de nosotros en cuerpo, has estado presente con nosotros, unidos en espíritu y voluntad. El motivo de su ausencia fue a la vez honorable y convincente para que los lobos cismáticos no robaran ni acecharan traicioneramente a ningún rebaño con sus trampas, ni los perros heréticos, rabiosos de furia, lo molestaran con sus ladridos locos, o, de hecho, que serpiente escupió el veneno de sus diabólicas blasfemias. Este ciertamente parece ser el mejor y más adecuado proceder: que los Sacerdotes del Señor de todas y cada una de las provincias informen de todo a su Cabeza, es decir, a la Sede del Apóstol Pedro”.
Comentarios del Prof. Plinio:
Los Obispos de Sárdica, los Padres del Concilio que se estaba celebrando en esa ciudad, enviaron este documento bellísimo al Papa San Julio I con este pensamiento expresivo: Como San Pablo que en cierta ocasión dijo que Cristo vivía en él y habló por su boca, así también el Papa, en la comunión de sus pensamientos, estuvo presente en la mente de aquellos fieles Obispos y habló por sus labios.
¿Y cuál fue el objetivo de esas palabras? Para denunciar a los lobos cismáticos que venían a tomar sigilosamente el rebaño, etc.
Esta carta es el documento menos ecuménico posible que podamos imaginar.
Es decir, sin el apoyo del Papa, esos Obispos no tendrían defensa contra sus enemigos. Pero, con su apoyo, con el Papa hablando por boca, consiguieron hacer huir a los enemigos. De hecho, privaron a ocho de esos herejes eusebios, que eran semiarrianos, de las órdenes episcopales y los excomulgaron.
Entonces, vean, primero, el rigor del lenguaje de aquellos Padres conciliares contra los enemigos de la Iglesia; y, segundo, su convicción de que tanto la tarea del Papa como la tarea de los Obispos era luchar contra los enemigos de la Iglesia.
Tenéis aquí excelentes ejemplos de anti-ecumenismo, que debemos tener en cuenta en esta época de tantas enseñanzas confusas y contradictorias provenientes de los lugares más altos, de quienes deben transmitir la verdadera enseñanza de la Iglesia a los fieles.
El Santo del día
Las características más destacadas de la vida de los santos se basan en los comentarios realizados por el fallecido Prof. Plinio Corrêa de Oliveira. Siguiendo el ejemplo de San Juan Bosco, quien solía hacer charlas similares para los chicos de su colegio, cada tarde era la costumbre del profesor Plinio hacer un breve comentario sobre las vidas del santo del día siguiente en una reunión para jóvenes con el fin de alentarlos en la práctica de la virtud y el amor por la Iglesia Católica. TIA pensó que sus lectores podrían beneficiarse de estos valiosos comentarios.
Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siguiendo el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.
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La Martirología dice que el Papa San Julio I (337-352) luchó por la fe católica contra los arrianos. Adquirió la fama de la santidad y descansó en paz después de muchas intervenciones gloriosas en las controversias arrianas.
En su Vidas de los santos , Engelberto de Colonia informa que Julio I luchó contra los eusebianos, quienes continuaron la herejía arriana y tenían un odio violento por San Atanasio, obispo de Alejandría. Cuando San Atanasio intentó volver a tomar su Sede de Alejandría, los herejes se opusieron a él y apelaron al Papa, quien convocó el Concilio de Sárdica en Iliria (343). El Papa Julio recibió a Atanasio en Roma para afirmar su apoyo a su doctrina y posición.
Papa San Julio I, en el pórtico de la Basílica de San Pedro
Los Padres del Concilio de Sárdica enviaron al Papa Julio I la carta Quod semper credidimus , cuyo comienzo transcribimos:
“Los obispos reunidos en la ciudad de Sárdica, a nuestro amado hermano Julio, obispo de Roma,
“Siempre hemos creído y profesado lo que ahora hemos experimentado y escuchado. Lo que el Beato Pablo, Doctor de Naciones, dijo sobre sí mismo es cierto; a saber, que puesto que Cristo el Señor habitó en él, no puede haber duda de que el Espíritu habló a través de su aliento y resonó en su boca.
“Tú también, amado hermano, aunque separado de nosotros en cuerpo, has estado presente con nosotros, unidos en espíritu y voluntad. El motivo de su ausencia fue a la vez honorable y convincente para que los lobos cismáticos no robaran ni acecharan traicioneramente a ningún rebaño con sus trampas, ni los perros heréticos, rabiosos de furia, lo molestaran con sus ladridos locos, o, de hecho, que serpiente escupió el veneno de sus diabólicas blasfemias. Este ciertamente parece ser el mejor y más adecuado proceder: que los Sacerdotes del Señor de todas y cada una de las provincias informen de todo a su Cabeza, es decir, a la Sede del Apóstol Pedro”.
Comentarios del Prof. Plinio:
Los arrianos no admitieron a Cristo como igual al Padre
Esta carta es el documento menos ecuménico posible que podamos imaginar.
Es decir, sin el apoyo del Papa, esos Obispos no tendrían defensa contra sus enemigos. Pero, con su apoyo, con el Papa hablando por boca, consiguieron hacer huir a los enemigos. De hecho, privaron a ocho de esos herejes eusebios, que eran semiarrianos, de las órdenes episcopales y los excomulgaron.
Entonces, vean, primero, el rigor del lenguaje de aquellos Padres conciliares contra los enemigos de la Iglesia; y, segundo, su convicción de que tanto la tarea del Papa como la tarea de los Obispos era luchar contra los enemigos de la Iglesia.
Tenéis aquí excelentes ejemplos de anti-ecumenismo, que debemos tener en cuenta en esta época de tantas enseñanzas confusas y contradictorias provenientes de los lugares más altos, de quienes deben transmitir la verdadera enseñanza de la Iglesia a los fieles.
Papa San Julio I
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Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siguiendo el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.