El Santo del Día
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San Ansgar (Anscharius) de Bremen
3 de febrero
Selección Biográfica:
En el año 847 el emperador Luis el Hermoso (778-840) buscaba un misionero para evangelizar la Dinamarca pagana y Noruega para atender un pedido de Harald, rey de Dinamarca, quien se había convertido a la Fe con toda su familia.
San Wala, abad de Corbie, sugirió el nombre de Ansgar, un monje benedictino de excepcional virtud cuya piedad no había hecho más que aumentar tras la muerte de Carlomagno, que le había dejado una profunda impresión.
Este santo religioso recibió orden de comparecer ante el tribunal. Cuando llegó, Wala le propuso ir a Dinamarca, declarando, sin embargo, que era su elección aceptar o rechazar la misión. Ansgar, que sólo buscaba la oportunidad de dar más gloria a Dios, la aceptó con alegría. El rey estaba complacido y edificado.
Sin embargo, cuando la noticia se hizo pública, hubo quienes criticaron la decisión, afirmando que un buen religioso no debía ser apartado de sus estudios en el Reino para ministrar a los bárbaros idólatras y conquistar otras tierras para Dios. Otros atribuyeron al Emperador intenciones políticas y criticaron violentamente la decisión. Aún otros trataron de inducir la Emperador para rescindir su plan.
Así, la obra de Dios siempre encuentra oposición. A veces, el trabajo se ve frustrado simplemente porque alguien se entristece al ver que otros hacen un bien que él personalmente no puede hacer.
Ansgar, no queriendo responder a tan vanas palabras, se retiró en soledad a un lugar cercano a Aix-la-Chapelle para prepararse para su misión, y se entregó a la lectura y la oración.
Comentarios del Dr. Plinio:
Desgraciadamente esta selección nos deja en suspenso, pues finaliza cuando el Santo se disponía a cumplir su misión. Nos da sólo los elementos para hacer un comentario sobre este escenario histórico específico, que ilustra cómo brotó la vocación misionera en aquellas épocas remotas y tiempos difíciles.
Estos son algunos comentarios que me vienen a la mente:
1. Es muy edificante la figura del rey Harald de Dinamarca que se convirtió con toda su familia y que también quiso convertir a su pueblo. Es una figura más en la grandiosa galería de Reyes que convirtieron y fundaron naciones, y que por ello jugaron un papel tan importante en la Historia de la Edad Media.
Esos Reyes fundaron naciones y algunos fueron Santos, como aquellos otros Santos que fundaron órdenes religiosas y familias espirituales. Vemos que toda la fecundidad de la Edad Media nació de la única fuente fecunda para la obra de salvación y para la Civilización Cristiana, que es la fuente de los Santos de la Iglesia de Dios.
2. También es interesante ver el celo del emperador Luis el Hermoso por las misiones. Fue Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, ejerciendo su función de preservar y estimular la Fe. Entonces acudió al abad de Corbie, llamado Wala, para preguntarle quién sería el misionero adecuado para enviar al norte en respuesta a la petición del buen rey Harald.
Su respuesta fue que el monje Ansgar sería apto para esta misión. Era muy bueno, y había crecido aún más en virtud después de la muerte de Carlomagno, hecho que lo había impresionado mucho. ¡Qué hermoso ver a un hombre que se santifica, que hace grandes progresos en su vida espiritual después de ver la muerte del gran Carlomagno!
¡Qué maravilloso es un Emperador cuya muerte es tan edificante que un Santo, como San Ansgar, haya dado grandes pasos en su vida espiritual después de estar presente en su muerte!
Veis aquí la unión del Imperio con la santidad, la concordia del Imperio con el Sacerdocio para realizar la misión de la Civilización Cristiana y la misión de la Iglesia a un nivel muy alto. ¡Es una verdadera maravilla!
Entonces, ¿qué pasó con Ansgar? Llegó a la corte y la misión a Dinamarca le fue propuesta por el Abad frente al Emperador, lo que equivaldría a que el mismo Emperador lo invitara. Se le aclaró que no se trataba de una orden impuesta ni por el Emperador ni por el Abad. Fue su elección. Ansgar inmediatamente decidió irse y aceptó.
Ahora, ven que la división entra en escena. Los Santos siempre dividen; no hay Santo que no haya causado gran división a su alrededor. Tomemos, por ejemplo, a Dom Bosco. Pasó toda su vida cuidando niños y, por lo tanto, hizo una obra que solo podía ser apoyada, aunque también fuera un vigoroso polemista contra el protestantismo. Incluso Dom Bosco sufrió intentos de asesinato por sicarios con pistolas. No hay Santo que no haya dividido.
¿Por qué estas divisiones? Es porque mientras algunos elogiaron la decisión de San Ansgar, otros lo censuraron. Entre otros argumentos, afirmaron que era una locura que dejara la comodidad de su vida de estudios para ir a ministrar a los bárbaros idólatras. Alguno de vosotros podría pensar que, ya que el Santo vivió en la Edad Media, todo debe tender a la santidad. Esto sería un error.
Es cierto que en aquella época la santidad era predicada por la Iglesia y protegida por el Imperio, pero todavía había mucha gente mala que combatía abiertamente a los buenos. Existía la impiedad y los impíos eran muy atrevidos. Lo que caracterizó a la Edad Media es que venció casi siempre la santidad, venció casi siempre la causa del bien porque los Santos defendieron con heroísmo la buena causa.
Es diferente de hoy cuando los defensores de la buena causa son débiles y cobardes y solo una pequeña minoría defiende valientemente la buena causa.
En la descripción se ve que los de espíritu mundano, el oportunismo y el apego a la comodidad fueron los que censuraron el verdadero heroísmo de San Ansgar en su decisión de ir a convertir Dinamarca. Ansgar no tomó estos argumentos en la menor consideración. Al contrario, se retiró a un lugar cercano a Aix-la-Chapelle, la ciudad donde había muerto Carlomagno, y se dedicó a la oración y la lectura para prepararse para su misión.
No conocemos el resto de la vida de San Ansgar, excepto por estos pocos hechos: que llegó a ser Obispo, que es un Santo canonizado, y que disfruta de la gloria de Dios en el Cielo y de la gloria de los Altares en esta tierra. Es decir, salió victorioso: llevó el cristianismo a Dinamarca. Esto nos basta para rendir homenaje a San Ansgar con toda la gloria posible.
El Santo del día
Las características más destacadas de la vida de los santos se basan en los comentarios realizados por el fallecido Prof. Plinio Corrêa de Oliveira. Siguiendo el ejemplo de San Juan Bosco, quien solía hacer charlas similares para los chicos de su colegio, cada tarde era la costumbre del profesor Plinio hacer un breve comentario sobre las vidas del santo del día siguiente en una reunión para jóvenes con el fin de alentarlos en la práctica de la virtud y el amor por la Iglesia Católica. TIA pensó que sus lectores podrían beneficiarse de estos valiosos comentarios.
Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siga el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.
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En el año 847 el emperador Luis el Hermoso (778-840) buscaba un misionero para evangelizar la Dinamarca pagana y Noruega para atender un pedido de Harald, rey de Dinamarca, quien se había convertido a la Fe con toda su familia.
San Ansgar de Bremen (801-865), Apóstol del Norte
Este santo religioso recibió orden de comparecer ante el tribunal. Cuando llegó, Wala le propuso ir a Dinamarca, declarando, sin embargo, que era su elección aceptar o rechazar la misión. Ansgar, que sólo buscaba la oportunidad de dar más gloria a Dios, la aceptó con alegría. El rey estaba complacido y edificado.
Sin embargo, cuando la noticia se hizo pública, hubo quienes criticaron la decisión, afirmando que un buen religioso no debía ser apartado de sus estudios en el Reino para ministrar a los bárbaros idólatras y conquistar otras tierras para Dios. Otros atribuyeron al Emperador intenciones políticas y criticaron violentamente la decisión. Aún otros trataron de inducir la Emperador para rescindir su plan.
Así, la obra de Dios siempre encuentra oposición. A veces, el trabajo se ve frustrado simplemente porque alguien se entristece al ver que otros hacen un bien que él personalmente no puede hacer.
Ansgar, no queriendo responder a tan vanas palabras, se retiró en soledad a un lugar cercano a Aix-la-Chapelle para prepararse para su misión, y se entregó a la lectura y la oración.
Comentarios del Dr. Plinio:
Desgraciadamente esta selección nos deja en suspenso, pues finaliza cuando el Santo se disponía a cumplir su misión. Nos da sólo los elementos para hacer un comentario sobre este escenario histórico específico, que ilustra cómo brotó la vocación misionera en aquellas épocas remotas y tiempos difíciles.
El emperador Luis el Hermoso mostró celo por la fe al responder a la solicitud del rey Harald.
1. Es muy edificante la figura del rey Harald de Dinamarca que se convirtió con toda su familia y que también quiso convertir a su pueblo. Es una figura más en la grandiosa galería de Reyes que convirtieron y fundaron naciones, y que por ello jugaron un papel tan importante en la Historia de la Edad Media.
Esos Reyes fundaron naciones y algunos fueron Santos, como aquellos otros Santos que fundaron órdenes religiosas y familias espirituales. Vemos que toda la fecundidad de la Edad Media nació de la única fuente fecunda para la obra de salvación y para la Civilización Cristiana, que es la fuente de los Santos de la Iglesia de Dios.
2. También es interesante ver el celo del emperador Luis el Hermoso por las misiones. Fue Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, ejerciendo su función de preservar y estimular la Fe. Entonces acudió al abad de Corbie, llamado Wala, para preguntarle quién sería el misionero adecuado para enviar al norte en respuesta a la petición del buen rey Harald.
Su respuesta fue que el monje Ansgar sería apto para esta misión. Era muy bueno, y había crecido aún más en virtud después de la muerte de Carlomagno, hecho que lo había impresionado mucho. ¡Qué hermoso ver a un hombre que se santifica, que hace grandes progresos en su vida espiritual después de ver la muerte del gran Carlomagno!
Estar presente en la muerte de Carlomagno causó una impresión duradera en el monje Ansgar
Veis aquí la unión del Imperio con la santidad, la concordia del Imperio con el Sacerdocio para realizar la misión de la Civilización Cristiana y la misión de la Iglesia a un nivel muy alto. ¡Es una verdadera maravilla!
Entonces, ¿qué pasó con Ansgar? Llegó a la corte y la misión a Dinamarca le fue propuesta por el Abad frente al Emperador, lo que equivaldría a que el mismo Emperador lo invitara. Se le aclaró que no se trataba de una orden impuesta ni por el Emperador ni por el Abad. Fue su elección. Ansgar inmediatamente decidió irse y aceptó.
Ahora, ven que la división entra en escena. Los Santos siempre dividen; no hay Santo que no haya causado gran división a su alrededor. Tomemos, por ejemplo, a Dom Bosco. Pasó toda su vida cuidando niños y, por lo tanto, hizo una obra que solo podía ser apoyada, aunque también fuera un vigoroso polemista contra el protestantismo. Incluso Dom Bosco sufrió intentos de asesinato por sicarios con pistolas. No hay Santo que no haya dividido.
¿Por qué estas divisiones? Es porque mientras algunos elogiaron la decisión de San Ansgar, otros lo censuraron. Entre otros argumentos, afirmaron que era una locura que dejara la comodidad de su vida de estudios para ir a ministrar a los bárbaros idólatras. Alguno de vosotros podría pensar que, ya que el Santo vivió en la Edad Media, todo debe tender a la santidad. Esto sería un error.
Es cierto que en aquella época la santidad era predicada por la Iglesia y protegida por el Imperio, pero todavía había mucha gente mala que combatía abiertamente a los buenos. Existía la impiedad y los impíos eran muy atrevidos. Lo que caracterizó a la Edad Media es que venció casi siempre la santidad, venció casi siempre la causa del bien porque los Santos defendieron con heroísmo la buena causa.
San Ansgar predicando a los daneses; es el patrón de Dinamarca, Alemania e Islandia
En la descripción se ve que los de espíritu mundano, el oportunismo y el apego a la comodidad fueron los que censuraron el verdadero heroísmo de San Ansgar en su decisión de ir a convertir Dinamarca. Ansgar no tomó estos argumentos en la menor consideración. Al contrario, se retiró a un lugar cercano a Aix-la-Chapelle, la ciudad donde había muerto Carlomagno, y se dedicó a la oración y la lectura para prepararse para su misión.
No conocemos el resto de la vida de San Ansgar, excepto por estos pocos hechos: que llegó a ser Obispo, que es un Santo canonizado, y que disfruta de la gloria de Dios en el Cielo y de la gloria de los Altares en esta tierra. Es decir, salió victorioso: llevó el cristianismo a Dinamarca. Esto nos basta para rendir homenaje a San Ansgar con toda la gloria posible.
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Los textos de los datos biográficos y los comentarios provienen de notas personales tomadas por Atila S. Guimarães de 1964 a 1995. Dado que la fuente es un cuaderno personal, es posible que a veces las notas biográficas transcritas aquí no sean rigurosas siga el texto original leído por el Prof. Plinio. Los comentarios también se han adaptado y traducido para el sitio de TIA.