Adoro Te devote
es un himno eucarístico escrito por Santo Tomás de Aquino. Es uno de los cinco himnos eucarísticos compuestos y musicalizados para la
Solemnidad del Corpus Christi, instituida en 1264 por el Papa Urbano IV. El himno se canta durante la Bendición,
cuando se recita, tiene una indulgencia plenaria de tres años, en las condiciones habituales y cuando se recita durante un mes entero(1).
En el himno, se hace referencia a Nuestro Señor como un "Pelícano Amoroso". El pelícano era un símbolo medieval común de Nuestro Señor
ya que se creía que alimentaba y resucitaba a sus crías dándoles sangre de su pecho, como Nuestro Señor nos da Su propia Carne
y Sangre, verdaderamente presente en la Eucaristía.
Dom Guéranger explica la historia y la devoción detrás de este canto:
"Una gran solemnidad se ha levantado hoy sobre nuestra tierra: fiesta tanto para Dios como para los hombres, porque es la fiesta de Cristo Mediador [la fiesta del Corpus Christi], que está presente en la Sagrada Hostia, para que Dios sea dado al hombre y el hombre a Dios... (2)
"En su exquisito himno, Adoro Te devote, Santo Tomás de Aquino dice: 'En la Cruz solo la Divinidad estaba escondida; pero aquí la Humanidad también está escondida'; y sin embargo, en ningún día del año es la Iglesia más triunfante o más demostrativa, que cuando
Ella está en esta fiesta... (3)
"Es difícil decir cuál de los dos predomina en estos versículos, la ciencia teológica del Santo, o su amor humilde y resplandeciente. Pero cuando la puerta del tabernáculo encierre a Jesús en Su Santísimo Sacramento, nuestros corazones seguirán con Él... Más que nunca, para el futuro, amaremos y reverenciaremos el Banquete que es y produce todo lo que hemos estado considerando durante estos días [de la fiesta del Corpus Christi]: conocemos mucho mejor ahora, que antes, las perfecciones de la Sabiduría eterna, que se ha entregado a nosotros en la Eucaristía; dejaremos que Él nos guíe a toda gracia y verdad". (4)
Adoro te devote es aquí interpretado por los Monjes españoles del Monasterio de Santo Domingo de Silos. Nota: en esta grabación solo se cantan los versículos 1, 3 y 7.
Escuche Adoro te devote
Letras:
Texto en latín
1. Adoro te devote, latens deitas,
Quæ sub his figuris vere latitas;
Tibi se cor meum totum subjicit,
Quia te contemplans totum deficit.
2. Visus, tactus, gustus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur.
Credo quidquid dixit Dei Filius;
Nil hoc verbo Veritátis verius.
3. In Cruce latebat sola Deitas,
At hic latet simul et Humanitas,
Ambo tamen credens atque confitens,
Peto quod petivit latro pœnitens.
4. Plagas, sicut Thomas, non intueor:
Deum tamen meum te confiteor.
Fac me tibi semper magis credere,
In te spem habere, te diligere.
5. O memoriale mortis Domini,
Panis vivus, vitam præstans homini,
Præsta meæ menti de te vívere,
Et te illi semper dulce sapere.
6. Pie Pelicane, Jesu Domine,
Me immundum munda tuo Sanguine:
Cujus una stilla salvum facere
Totum mundum quit ab omni scelere.
7. Jesu, quem velatum nunc aspicio,
Oro, fiat illud quod tam sitio:
Ut te revelata cernens facie,
Visu sim beátus tuæ gloriæ.
Amen.
Traducción al español:
1. Te adoro con devoción, oh Deidad escondida,
Quién realmente miente escondido bajo estas formas:
A ti se sujeta todo mi corazón,
Porque al contemplarte, es totalmente deficiente.
2. Mira, toca, saborea, no nos hables de tu presencia,
Pero se puede creer plenamente en la audición.
Creo en todo lo que ha dicho el Hijo de Dios;
Nada es más cierto que esta palabra de verdad.
3. Sobre la Cruz sólo se ocultó la divinidad;
Pero aquí la humanidad también se esconde:
Pero los creo y los confieso a los dos,
Y pido lo que pidió el ladrón penitente.
4. No veo Tus Heridas, como las vio Tomás;
Sin embargo, te confieso que eres mi Dios.
Concédeme que crea en Ti cada vez más,
Y en ti pongo mi esperanza y te amo.
5. Oh memorial de la muerte de mi Señor,
Pan vivo que da vida al hombre:
Concede que mi alma viva siempre en Ti,
Y para siempre saborear tu dulzura.
6. Pelícano cariñoso; Jesús Señor,
Límpiame, inmundo pecador, con tu sangre,
Una gota de la que podría salvar
El mundo entero de toda su culpa.
7. Jesús, a quien ahora veo debajo de un velo,
Te ruego que se haga eso, por lo que tengo tanta sed:
Que, a la vista de Tu Rostro descubierto,
Puedo tener la felicidad de ver Tu gloria. Amén.
(6)
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S. C. Indulg., 15 de junio de 1895; S. Pen. Ap., 12 de marzo de 1936. "The New Roman Missal" por el Rev. F. X. Lasance, 1945.
Dom Guéranger, El año litúrgico , Publicaciones de San Buenaventura, 2000 (reimpresión de 1949), vol. 10, pág. 184.
Ibid. pag. 251.
Ibid. pag. 409-410.
El cántico anterior es una versión más explícita del del Liber Usualis, Desclée & Co., Tournai, 1934, p. 1855.