Vinea Mea Electa (Mi Viña Elegida) es un responsorial del canto gregoriano de Semana Santa, el tercer responsorial del Segundo Nocturno del Viernes Santo.
El canto recuerda el momento en que Poncio Pilato presentó a Nuestro Señor a los judíos, en el Evangelio de San Mateo 27, 16-23:
"Y él [Pilato] tenía entonces una notoria Un prisionero llamado Barrabás. Reunidos, Pilato dijo: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia lo habían entregado. ....
"Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron al pueblo para que pidieran a Barrabás y se llevaran a Jesús. El gobernador, respondiendo, les preguntó: ¿A cuál de los dos queréis que os suelten? Ellos respondieron: «A Barrabás». Pilato les dijo: «¿Qué haré, pues, con Jesús, llamado el Cristo?» Todos dijeron: «Que sea crucificado». El gobernador les dijo: «¿Qué mal ha hecho?». Pero ellos gritaban aún más, diciendo: «¡Sea crucificado!».
Tras esta traición y el inicio del deicidio, Nuestro Señor compara a los judíos con una viña elegida, que Él plantó con cuidado, cercada con piedras y con una torre erigida para protegerla de los vándalos, con la esperanza de cosechar buenos frutos. En lugar de dulzura, descubre que las uvas de la viña se han amargado. En otras palabras, el fruto elegido que Dios plantó, los judíos, se pudrió, prefiriendo a un criminal —Barrabás— al Verbo Divino mismo.
Velum templi scissum est
Et omnis terra tremuit.
Latro de cruce clamabat dicen:s
Memento mei Domine
Cum veneris in regnum tuum.
V. Petrae scissae sunt,
Et monumenta aperta sunt,
Et multa corpora sanctorum,
Qui dormierant, surrexerunt.
R. Et omnis...
Traducción al español (1):
El velo del templo se rasgó
Y toda la tierra tembló.
El ladrón desde la cruz gritó:
Acuérdate de mí, Señor
cuando vengas a tu Reino.
V. Las rocas se partieron,
y los sepulcros se abrieron,
y muchos cuerpos de santos,
que habían dormido, se levantaron.
R. Y toda la tierra...
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Pontius Pilate: "Ecce homo"; the Jews: "Crucifige, crucifige eum!" Gospel of St. John
19:5-6