Historias y Leyendas
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
Un príncipe polaco cambia de opinión
El príncipe polaco X, infiel y materialista declarado, acababa de componer una obra contra la inmortalidad del alma. Aún se preparaba para enviarlo a imprenta cuando, en un paseo un día por su parque, una mujer bañada en lágrimas se arrojó a sus pies.
En un tono de profundo dolor, le dijo: "Mi buen príncipe, mi esposo acaba de morir... En este momento su alma tal vez esté sufriendo en el Purgatorio... Estoy en tal pobreza que ni siquiera tengo la pequeña suma necesaria para celebrar una misa por los difuntos. Con tu amabilidad, ven en mi ayuda en nombre de mi pobre marido".
Aunque el príncipe estaba convencido de que la mujer había sido engañada por su credulidad, no tuvo valor para rechazar su petición. Deslizó una moneda de oro en su mano y la feliz mujer se apresuró a ir a la iglesia y le rogó al sacerdote que ofreciera varias misas por el reposo del alma de su esposo.
Cinco días después, hacia el anochecer, el Príncipe, en la reclusión de su estudio, estaba leyendo su manuscrito y retocando algunos detalles. De repente, alzando los ojos, vio cerca de él a un hombre vestido con el traje de los campesinos del país.
"Príncipe", dijo el visitante desconocido, "vengo a darte las gracias. Soy el marido de esa pobre mujer que te suplicó el otro día que le dieras una limosna para que se le ofreciera el Santo Sacrificio de la Misa por el reposo de alma mía. Tu caridad agradó a Dios: fue Él quien me permitió ir a darte las gracias".
Dichas estas palabras, el campesino polaco desapareció como una sombra.
La emoción del Príncipe fue indescriptible y, como consecuencia, entregó su trabajo a las llamas y se entregó tan enteramente a la convicción de la verdad que su conversión fue completa. Él perseveró hasta la muerte.
.jpg)
Una campesina pide dinero para una misa por su difunto esposo
Aunque el príncipe estaba convencido de que la mujer había sido engañada por su credulidad, no tuvo valor para rechazar su petición. Deslizó una moneda de oro en su mano y la feliz mujer se apresuró a ir a la iglesia y le rogó al sacerdote que ofreciera varias misas por el reposo del alma de su esposo.
Cinco días después, hacia el anochecer, el Príncipe, en la reclusión de su estudio, estaba leyendo su manuscrito y retocando algunos detalles. De repente, alzando los ojos, vio cerca de él a un hombre vestido con el traje de los campesinos del país.
"Príncipe", dijo el visitante desconocido, "vengo a darte las gracias. Soy el marido de esa pobre mujer que te suplicó el otro día que le dieras una limosna para que se le ofreciera el Santo Sacrificio de la Misa por el reposo de alma mía. Tu caridad agradó a Dios: fue Él quien me permitió ir a darte las gracias".
Dichas estas palabras, el campesino polaco desapareció como una sombra.
La emoción del Príncipe fue indescriptible y, como consecuencia, entregó su trabajo a las llamas y se entregó tan enteramente a la convicción de la verdad que su conversión fue completa. Él perseveró hasta la muerte.
Adaptado de Purgatorio, ilustrado por las vidas y leyendas de los santos
Londres: Burns, Oates Washbourne Ltd, 1920, pág. 117-118
Publicado el 7 de diciembre de 2020
Londres: Burns, Oates Washbourne Ltd, 1920, pág. 117-118
Publicado el 7 de diciembre de 2020
El príncipe polaco quema su manuscrito
______________________
______________________
 |
 |
 |