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Verdades olvidadas
La coeducación es un falso y
dañino
Método de enseñanza
Estados Unidos fue uno de los primeros países donde los católicos adoptaron el sistema de escuelas mixtas para escuelas primarias y secundarias. Hoy se ha generalizado tanto que casi todo el mundo lo acepta como legítimo. Sin embargo, no lo es. En la Encíclica Divini Illius Magistri, Pío XI condenó enérgicamente la coeducación con buenas razones.
Papa Pío XI
Falso también y perjudicial para la educación cristiana es el llamado método de "coeducación". Esto también se basa en el naturalismo y la negación del pecado original por parte de muchos de sus partidarios. Pero todos se basan en una deplorable confusión de ideas que confunde una promiscuidad e igualdad niveladoras con la asociación legítima de los sexos.
El Creador ha ordenado y dispuesto la unión perfecta de los sexos sólo en el matrimonio, y con diversos grados de contacto, en la familia y en la sociedad. Además, no hay nada en la naturaleza misma que moldee a los dos de manera muy diferente en cuerpo, temperamento y habilidades, que sugiera que puede haber o debe haber promiscuidad, y mucho menos igualdad, en el entrenamiento de los dos sexos. Estos, según los designios maravillosos del Creador, están destinados a complementarse en la familia y en la sociedad precisamente por sus diferencias, que por tanto deben ser mantenidas y fomentadas durante los años de formación, con la necesaria distinción y la correspondiente separación, según edad y circunstancias.
Estos principios, con la debida atención al tiempo y al lugar, deben, según la prudencia cristiana, aplicarse a todas las escuelas, particularmente en el período más delicado y decisivo de la formación, es decir, el período de la adolescencia. Y en los ejercicios gimnásticos y deportivos, debe tenerse especial cuidado del pudor cristiano en las jóvenes y muchachas, que tan gravemente se ve perjudicado por cualquier tipo de exhibición en público.
Recordando las terribles palabras del Divino Maestro: "¡Ay del mundo a causa de los escándalos!"[Vae mundo a scandalis! Mt., 18, 7] Apelamos encarecidamente a vuestra solicitud y a vuestra vigilancia, Venerables hermanos, contra estos perniciosos errores que, con inmenso daño a la juventud, se extienden por todas partes entre los pueblos cristianos.
(Encyclical Divini Illius Magistri §§ 68-69)
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