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La Patología Moderna
Afecta a la Juventud y a los Niños

Fernando G. Siqueira, Brasil
En el mundo cibernético intercomunicado de hoy, las personas están viviendo una crisis que está siendo cada vez más estudiada y que está generando preocupaciones en el ámbito de la salud pública. Si no se detiene, podría ocurrir una catástrofe de enormes proporciones.

Considerando las investigaciones ya realizadas, principalmente en los EE.UU., sobre los efectos perjudiciales de las llamadas aplicaciones de "flash" en las mentes de los jóvenes y los niños, abordaré los desafíos relacionados con la educación de los niños y las confusiones conceptuales que están devastando las mentes de los jóvenes.

La adicción a las computadoras y los teléfonos celulares está dañando las mentes de los niños

Durante la “pandemia” en la que la gran mayoría de las personas que viven en ciudades sin contacto con áreas rurales fueron encerradas en sus casas para “evitar contagios”, dependieron de Internet para el trabajo, la escuela, el entretenimiento y otras comunicaciones con el mundo exterior. La web mundial se impuso como una necesidad para la supervivencia.

Por lo tanto, muchos niños permanecían frente a sus pantallas durante todo el día, estudiando, jugando o comunicándose con amigos. Solo cuando se retiraban para dormir apagaban las computadoras/los teléfonos celulares.

Después de la “pandemia”, padres, maestros, médicos y empleadores se vieron obligados a enfrentar los efectos dañinos en el comportamiento de sus hijos, estudiantes, clientes o empleados.

En las escuelas, la capacidad de leer un texto de más de tres o cuatro frases desapareció.

El tiempo de atención de los niños se redujo a uno o dos minutos, el tiempo utilizado por TikTok y otras aplicaciones para realizar sus informes sobre diversos asuntos. Se volvió prácticamente imposible para los niños distinguir el significado de las palabras, especialmente los homógrafos, es decir, palabras con grafías análogas pero significados diferentes. Ante este problema, muchos niños simplemente se congelaban, como si sus cerebros estuvieran bajo el efecto de una demencia o amnesia momentánea. Esta es una patología alarmante.

Muchos padres asustados comenzaron a pedir la ayuda de psicólogos y psiquiatras, quienes, a su vez, solicitaron la asistencia de científicos y farmacéuticos; hasta ahora, sin embargo, no existe un medicamento con la eficacia para curar esta patología.

Algunos profesionales de la salud están imponiendo una abstinencia total del uso de celulares hasta los 17 o 18 años para las chicas, y hasta los 26 o 27 años para los jóvenes. Este último número refleja la realidad de que hoy en día muchos jóvenes, especialmente los varones, dejan la adolescencia solo después de los 30 años.

Otra consecuencia peligrosa del alto tiempo frente a las pantallas es un aumento de la agresividad de los jóvenes hacia sus padres, hermanos y amigos. Ya ha habido casos de niños que han asesinado a padres que les prohibieron el acceso a Internet.

Otros caen en una profunda depresión y algunos incluso corren el riesgo de morir de hambre debido al uso continuo de Internet. Esto sin mencionar a aquellos que se vuelven adictos a la pornografía y otros asuntos mórbidos comunes en Internet.

Niños y adolescentes se identifican cada vez más con lobos, otros animales o seres imaginarios

Y si todo esto no fuera suficiente, existe otro efecto severo llamado Licantropía, en el que la persona se persuade de que es un animal. Es decir, usando el lenguaje moderno, la persona comienza a “identificarse” como un lobo, y así empieza a aullar, caminar en cuatro patas y buscar bosques para deambular.

Tal patología ha existido durante siglos, pero hasta ahora contaba solo con un número insignificante de víctimas. Hoy en día, sin embargo, ha explotado con un número vertiginoso de “furries” u “otherkin” que piensan que son cualquier variedad de animales debido a su uso ininterrumpido de Internet, donde siguen historias fantásticas de “influencers” que viven en esta no-realidad.

Este virus patológico-cibernético tiene otra consecuencia dramática: un número cada vez mayor de niños afirman que no pueden creer en Dios. Es un fenómeno global con mayor ocurrencia en países con un desarrollo tecnológico avanzado.

Para estos nuevos ateos, el universo está compuesto de seres vivos o inanimados que aparecieron en la tierra sin ninguna explicación lógica, ni siquiera como obra de algún Ser Inteligente que los ordenó y presidió.

La depresión conduce al escepticismo y al ateísmo

La ley de causa-efecto, que establece que cada efecto en nuestro mundo tiene una causa, se da por sentada como una verdad para nosotros. Pero no significa nada para estos nuevos seres humanos. Niegan gratuitamente cualquier verdad sin la necesidad de presentar ningún argumento para justificar su posición.

Cuando una víctima está afectada por esta patología, simplemente declara que no puede creer en nada. Para él no hay pecado ni virtud; no hay vida después de la muerte; no hay salvación ni condenación. La vida para él no tiene ningún propósito.

Hablando con un grupo de mis estudiantes – de 13 y 14 años – todos sin excepción afirmaron que no creen en Dios. Para ellos, lo que la Biblia nos enseña no es más que una narrativa inventada insertada en la Historia, pero que nunca ha existido.

Es la “victoria” de Nietzsche quien declaró, “Dios ha muerto.” Con esta nueva patología, nuestra generación más nueva alcanza el objetivo final de la Revolución, profetizado por Plinio Corrêa de Oliveira en su libro Revolución y Contra-Revolución, que es, por cierto, el objetivo final del Diablo: hacer que la humanidad proclame que Dios nunca ha existido.

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Publicado el 9 de septiembre de 2024

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