Varias solicitudes de lectores en los últimos años han llegado al escritorio de TIA preguntando si hay alguna información biográfica disponible sobre el P. Manuel Sousa Pereira, autor de La vida venerable de la Madre Mariana de Jesús Torres. Las dudas – alimentadas por aquellos que tienen mala voluntad hacia esta devoción – parecen estar circulando sobre su existencia histórica.

Muchos vieron el rostro de Nuestra Señora cobrar un color viviente y brillar con una luz sobrenatural

Lo que se sabe generalmente es que el soldado portugués Manuel Pereira del siglo XVIII se convirtió en fraile franciscano. La Madre Mariana de Jesús Torres se le apareció en sueños y le dijo que se uniera al ejército de San Francisco. En el año 1777, Pereira, ya un hermano laico franciscano, viajó a Ecuador (en ese entonces Real Audiencia de Quito) y eventualmente se convirtió en sacerdote y director espiritual del Monasterio Real de la Inmaculada Concepción en Quito. Con acceso a todos los documentos y obras en el Archivo del Convento – incluyendo la Autobiografía de la Madre Mariana – asumió la tarea de escribir su vida, la cual terminó en 1790.

Este artículo es un breve resumen de lo que sabemos del capítulo en su libro que describe su vida y conversión, que puedes leer aquí.

Las notas del Postulador

Recientemente encontramos las ocho páginas de notas mecanografiadas del Mons. Dr. Luís E. Cadena y Almeida, el difunto postulador de la Causa de Beatificación de la Madre Mariana de Jesús Torres y Berriochoa. Al final de su vida, estaba investigando la vida del P. Manuel Sousa Pereira para una breve biografía que planeaba escribir sobre el sacerdote franciscano.

Las notas del Postulador están tituladas: “Estudio del Libro del Muy Revdo. P. Manuel Sousa y Pereira, OFM, como fuente de Historicidad Biográfica del Siervo de Dios Madre Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa”, y su firma manuscrita aparece debajo del título. (ver foto abajo) Nos referiremos a esta fuente como Estudio a lo largo de este artículo.

Las Notas del Postulador sobre el P. Pereira & el trabajo que escribió La Vida Admirable de la Madre Mariana

Como Postulador, tuvo acceso a los Archivos del Arzobispo y los Concepcionistas, así como a la Biblioteca Franciscana del Monasterio más antiguo de Quito, anteriormente llamado Convento Máximo de la Conversión de San Pablo, (Mayor Monasterio de San Pablo), conocido hoy como el Convento de San Francisco de Quito (Monasterio de San Francisco de Quito). Su vasta biblioteca alberga actualmente 8,600 libros de los siglos XVI al XIX.

Mons. Cadena y Almeida es un académico serio que posee doctorados en Filosofía, Historia y Letras; entre otras obras, fundó y dirigió seis Instituciones Educativas para formación primaria y secundaria en Quito. (1) Vemos que hay buenas razones para tomar su estudio en serio.

En sus notas, atestigua: “Sobre la existencia histórica de estos dos biógrafos franciscanos [P. Pereira y P. Bartolomé Ochoa Alácano y Gamboa, quienes escribieron una obra más extensa sobre la Madre Mariana 30 años antes] hay pruebas irrefutables en el Archivo del Arzobispado de la Curia, así como en el Monasterio de San Pablo de Quito [Monasterio de San Francisco].”(Estudio, p. 3)

Una entrada en el Hombres Ilustres del Orden Serafico

Una prueba irrefutable de la existencia del P. Pereira se encuentra en el segundo volumen de una obra de 1885 titulada Hombres Ilustres del Orden Serafico del Ecuador. En las páginas 328-329 se encuentra la entrada Revdo. P. Manuel Sousa y Pereira. La breve descripción se transcribe a continuación:

El libro Varones Ilustres, arriba, incluye al P. Manuel Pereira entre los grandes hombres de Quito, abajo

“No puedo dejar de mencionar al Revdo. P. Manuel Sousa y Pereira, portugués de nacimiento, hijo del pueblo de Sotomayor en el obispado de Braga. Este hombre religioso había sido soldado y ostentaba el rango de Cabo en el escuadrón de una de las compañías destinadas a Pará [Brasil]. Se quitó el uniforme militar y se puso la cincha de Nuestro Santo Fundador San Francisco como hermano laico en el monasterio principal de Quito.

Hizo su profesión el 5 de febrero de 1778, con 27 años y 2 meses de edad. Por consejo de su confesor y con la dispensa del Revdo. P. General Comisionado de las Indias, posteriormente entró al estado clerical y fue ordenado sacerdote. A pesar de que era portugués, el Rey de España, Carlos III, como comunicó el Secretario del Real y Supremo Consejo de las Indias en una Carta Oficial del 7 de julio de 1786, lo incorporó a esta Provincia de Quito, al igual que el Padre General Comisionado de las Indias, P. Manuel M. Tnijillo, por sus Patentes del 17 de julio del mismo año. La Provincia lo admitió e incorporó el 31 de agosto de 1787.

El P. Sousa se comportó admirablemente en el desempeño de los diversos cargos que le fueron confiados por la Religión. Fue Guardián del Mayor Monasterio de San Diego y del Colegio de San Buenaventura. Y durante la difícil situación que atravesó la Provincia en los años hasta 1813, realizó sus visitas con gran prudencia, presidiendo el Capítulo celebrado en el Monasterio de Buenaventura en Riobamba el 18 de septiembre de 1813. Todos sus actos fueron aprobados, y fue agradecido por sus útiles servicios por el Revdo. P. Comisario General de las Indias, P. Pablo de Moya.

El P. Sousa también fue un gran amante de María, y en 1792 promovió su devoción con gran celo, restableciendo la Cofradía de sus Esclavos, establecida canónicamente desde 1671 en la Cap illa de la Virgen del Pilar en Zaragoza en la Iglesia de San Francisco en Quito. Sus Estatutos y Constituciones habían sido aprobados por el Ilustrísimo Obispo de la misma ciudad, Dr. D. Alonso de la Peña Montenegro, el 7 de mayo de 1677. Ver los Documentos relativos a este asunto (los documentos están transcritos en las pp. 329-333).

Datos sobre el P. Manuel Pereira

Volviendo a las notas del Postulador, en ellas encontramos estos hechos:

• Manuel Sousa Pereira recibió Órdenes, tanto Menores como Mayores, de manos del 21^º Obispo de Quito Mons. Dr. Blas Manuel Sobrino y Minayo, quien gobernó de 1776 a 1789.
  
  

  El P. Pereira fue ordenado sacerdote por el Obispo de Quito Blas Sobrino y Minayo (1725-1796), arriba

  Mons. Cadena escribe: “Estas fechas pueden ser verificadas exactamente y con veracidad con lo que él nos informa acerca de sí mismo en su invaluable monumento histórico titulado “Vida Admirable de la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres, Española y una de las Fundadoras del Convento de la Inmaculada Concepción en la Ciudad de Quito. También hay otros documentos escritos de su mano y carta que están en posesión del Archivo Arzobispal.”
  
  
• El P. Manuel Sousa Pereira hizo su profesión de votos religiosos el 5 de febrero de 1778, a la edad de 27 años; se emitió un decreto incorporándolo a la Provincia de San Pablo de Quito en 1786, y fue ordenado sacerdote en 1787. (Estudio, p. 4) Poco después de su ordenación, el P. Sousa Pereira sirvió como Secretario del Obispo Sobrino y Minayo durante su Visita Canónica al Monasterio de la Inmaculada Concepción. (Estudio, p. 1)
  
  
• A petición de los religiosos concepcionistas de Quito, propuso escribir la biografía del “tesoro celestial” de ese Convento, la Madre Mariana Francisca de Jesús Torres. Para llevar a cabo la tarea, tuvo a su disposición todo el material disponible en el archivo del Convento. Dado que esto fue solo un siglo después de su muerte, señala Mons. Cadena y Almeida, el recuerdo de ella aún estaba fresco en los corazones y mentes de las monjas (Estudio, p. 1).

Las notas de Mons. Cadena y Almeida enumeran estas obras que el P. Pereira tenía a su disposición para escribir la Vida Admirable:

• La Autobiografía de la Madre Mariana, escrita por mandato y aprobada por el Arzobispo Mons. Pedro de Oviedo (Estudio, p. 1);
  
  
• Los Libros de la Fundación (Estudio, p.1);
  
  
• Las biografías de las otras Madres Fundadoras escritas después de sus muertes por los Frailes Miguel Romero, Jerónimo Tamayo y el P. Luis Catena (Estudio, p. 2);
  
  
• Los Anales que registran las profesiones religiosas y las muertes de las monjas y hermanas religiosas (Estudio, p. 1);
  
  
• Los registros de las visitas canónicas episcopales, que “rebosan de elogios y admiración” para la Madre Mariana de Jesús Torres (Estudio, p. 1);
  
  
• La carta original del Obispo Luis López de Solís en la que humildemente reconoce su injusta orden de encarcelar a la Madre Mariana en la prisión del Convento porque se dejó influenciar por intrigas internas (Estudio, p. 1);
  
  
• Las Exequias de alto elogio predicadas por Su Excelencia el Obispo Pedro de Oviedo en el funeral de la Madre Mariana (Estudio, p. 2).

Estudio cuidadoso & su testimonio

El Arzobispo Manuel María Lasso, izquierda, promovió La Vida Admirable; el Card. Carlos de la Torre ordenó una revisión del trabajo, que fue aprobada como auténtica

Al final de sus notas, Mons. Almeida y Cadena proporciona datos interesantes sobre una revisión episcopal que se llevó a cabo respecto a la Vida Admirable en la década de 1930:

“Durante el gobierno Arzobispal de Mons. Manuel María Pólit Lasso (1918-1932), un Prelado que estaba piadosamente enamorado de esa grandiosa y santa alma Madre Mariana Francisca de Jesús Torres, se autorizó la publicación de las apariciones de la Santísima Madre del Buen Suceso a la Madre Mariana de Jesús Torres [para ser impresa] en el Boletín Dominical Arquidiocesano El Amigo, extrayéndolas de la Vida Admirable.

Pero, continúa, después de la muerte de este Prelado, su sucesor, el Arzobispo Carlos María de la Torre (1933-1967), adoptó una postura más cautelosa y ordenó la suspensión de las publicaciones dominicales sobre las Apariciones “hasta que los escritos pudieran ser verificados como auténticos.”

Con ese fin, “ordenó la retirada del manuscrito que el Convento poseía de dicha Vida Admirable, y nombró una Comisión Eclesiástica compuesta por los Rev. P. José María Le-Gouhir, SJ y el P. Leonardo M. Jaime, OFM para estudiar la autenticidad histórica y teológica y su fidelidad en la transcripción de la obra auténtica del P. Manuel Sousa y Pereira.” (Estudio, p. 6)

Después de un “estudio severo y consciente,” los dos sacerdotes afirmaron la autenticidad y fidelidad de los extractos a la obra, que juzgaron históricamente sólida y auténtica. Mons. Cadena escribe: “Presento aquí las copias xerográficas – en toda su integridad – con los resultados positivos de su investigación teológica-histórica, que tiene el pleno derecho de ser considerada una decisión jurídica auténtica.”

“Por mi parte,” continúa, “con la mayor modestia, sabiendo que estoy lejos de poseer las cualidades teológicas, jurídicas e históricas requeridas para un juicio de tal envergadura, pero permitiéndome guiar por mi amor a la Iglesia y mi ortodoxia doctrinal, declaro que estoy completamente convencido de su (Vida Admirable) autenticidad y fidelidad.

“Basta leer lentamente y sin apasionamiento los dos volúmenes que pertenecen al Convento para formar un criterio de certeza moral: El estilo, la doctrina ascética es unitaria desde el principio hasta el final de los dos volúmenes; sigue una sola inspiración, no se nota ni siquiera un indicio de interpolación.

“En el informe de los hechos históricos, hay plena conformidad con cualquier texto que se examine; en los anuncios proféticos hay una naturalidad impecable, sin rastros de invención o ficción. De mayor importancia es el cumplimiento que todas las profecías han tenido en su debido tiempo.” (Ibid.)

1.  Un breve Curriculum Vitae del Mons. Luis E. Cadena y Almeida se encuentra en su obra titulada Un Místico Español en Quito: Sor Mariana de Jesús Torres, NY: Fundación para una Civilización Cristiana, 1990, p. 159.
2. Esta obra se puede encontrar y descargar en el Internet Archive, la entrada del Rev. Padre Manuel Sousa y Pereira en pp. 398-399.
3.  Rev. P. Francisco María Compte, Varones Ilustres de la Orden Serafica en El Ecuador desde la Fundación de Quito hasta Nuestros Días, 2^da Ed., Quito, Imprenta del Clero, 1886, pp. 329-333

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