Cuentos y leyendas
San Vicente Ferrer resucita a un judío
de Andalucía
San Vicente Ferrer se autodenominaba “El Ángel del Juicio” y predicaba que el fin del mundo estaba cerca. De hecho, el fin de un mundo y de una era estaba a la mano. Ese mundo era el de la Edad Media y la era de la Cristiandad. La Revolución estaba a punto de abrir una nueva era dominada por el Demonio, comenzando con el Renacimiento y la Revolución Protestante, que dividieron el rico manto de la Cristiandad.
En una ocasión convirtió a 10,000 judíos de una vez al entrar directamente en su sinagoga y predicarles; los judíos transformaron su sinagoga en una iglesia católica.
Tan grande misionero fue San Vicente Ferrer que solo puede ser comparado con los 12 Apóstoles. Sus logros fueron increíbles y raros en toda la historia de la Iglesia. Su historia de vida contiene un asombroso relato tras otro, muchos de estos documentados en el libro San Vicente Ferrer – El Ángel del Juicio por el P. Andrew Pradel, O.P.
Cuando San Vicente Ferrer tenía 46 años, y sufría de una grave enfermedad, Nuestro Señor se le apareció acompañado de San Francisco y San Domingo. Nuestro Señor le dijo a Vicente: “Levántate, entonces, y ve a predicar contra el vicio, para esto te he elegido especialmente. Exhorta a los pecadores al arrepentimiento, porque Mi juicio está cerca.”
Nuestro Señor le dijo a San Vicente que su predicación antes de la venida del Anticristo sería para la humanidad una ocasión misericordiosa de arrepentimiento y conversión. Durante esta visión, San Vicente fue curado de inmediato.
Dos años después, en 1398, se le otorgó permiso para comenzar su apostolado de predicación. San Vicente viajó por toda Europa Occidental predicando la penitencia, atrayendo enormes multitudes y seguido por miles de discípulos. Vicente tenía el don de lenguas: Predicando en su dialecto valenciano era entendido dondequiera que iba; y en conversación hablaba francés, italiano, alemán o inglés con tanta fluidez como su lengua materna.
Durante sus viajes de predicación, San Vicente Ferrer convirtió a 25,000 judíos y 8,000 moros, y muchos consideran que esta cifra es una estimación conservadora. Este es un caso en el que convirtió a un judío obstinado a través de una resurrección.
La conversión de Abraham
Había un judío rico de Andalucía llamado Abraham que, por curiosidad, fue a una iglesia donde San Vicente Ferrer estaba predicando. En lugar de ser movido por sus palabras, se irritó y enojó con lo que estaba escuchando.
Comenzó a salir de la iglesia mientras Vicente estaba predicando. Cuando algunos católicos en la puerta hicieron un esfuerzo por detener su paso, San Vicente gritó: “¡Déjenlo ir! ¡Apártense todos ustedes de inmediato y dejen libre el paso!” La gente hizo lo que él ordenó, y en el instante en que el judío salió, parte de la estructura del pórtico cayó sobre él y lo aplastó hasta la muerte.
Entonces el Santo dejó el púlpito y fue hacia el cuerpo aplastado y muerto. Allí se arrodilló en oración sobre el judío obstinado. Poco después, Abraham volvió a la vida, y sus primeras palabras fueron: “La religión de los judíos no es la verdadera fe. La Verdadera Fe es la de los cristianos.”
En memoria de este acontecimiento, el judío fue bautizado como Elías, en honor al Profeta que había resucitado al niño de entre los muertos. El nuevo converso estableció una fundación piadosa en la iglesia del “accidente” y del milagro, y muchos otros judíos se convirtieron debido a este milagro y a su testimonio.
En una ocasión convirtió a 10,000 judíos de una vez al entrar directamente en su sinagoga y predicarles; los judíos transformaron su sinagoga en una iglesia católica.
Tan grande misionero fue San Vicente Ferrer que solo puede ser comparado con los 12 Apóstoles. Sus logros fueron increíbles y raros en toda la historia de la Iglesia. Su historia de vida contiene un asombroso relato tras otro, muchos de estos documentados en el libro San Vicente Ferrer – El Ángel del Juicio por el P. Andrew Pradel, O.P.
San Vicente Ferrer, 1357-1419, advirtió sobre el fin del mundo de la Edad Media
Nuestro Señor le dijo a San Vicente que su predicación antes de la venida del Anticristo sería para la humanidad una ocasión misericordiosa de arrepentimiento y conversión. Durante esta visión, San Vicente fue curado de inmediato.
Dos años después, en 1398, se le otorgó permiso para comenzar su apostolado de predicación. San Vicente viajó por toda Europa Occidental predicando la penitencia, atrayendo enormes multitudes y seguido por miles de discípulos. Vicente tenía el don de lenguas: Predicando en su dialecto valenciano era entendido dondequiera que iba; y en conversación hablaba francés, italiano, alemán o inglés con tanta fluidez como su lengua materna.
Durante sus viajes de predicación, San Vicente Ferrer convirtió a 25,000 judíos y 8,000 moros, y muchos consideran que esta cifra es una estimación conservadora. Este es un caso en el que convirtió a un judío obstinado a través de una resurrección.
La conversión de Abraham
Había un judío rico de Andalucía llamado Abraham que, por curiosidad, fue a una iglesia donde San Vicente Ferrer estaba predicando. En lugar de ser movido por sus palabras, se irritó y enojó con lo que estaba escuchando.
Comenzó a salir de la iglesia mientras Vicente estaba predicando. Cuando algunos católicos en la puerta hicieron un esfuerzo por detener su paso, San Vicente gritó: “¡Déjenlo ir! ¡Apártense todos ustedes de inmediato y dejen libre el paso!” La gente hizo lo que él ordenó, y en el instante en que el judío salió, parte de la estructura del pórtico cayó sobre él y lo aplastó hasta la muerte.
Entonces el Santo dejó el púlpito y fue hacia el cuerpo aplastado y muerto. Allí se arrodilló en oración sobre el judío obstinado. Poco después, Abraham volvió a la vida, y sus primeras palabras fueron: “La religión de los judíos no es la verdadera fe. La Verdadera Fe es la de los cristianos.”
En memoria de este acontecimiento, el judío fue bautizado como Elías, en honor al Profeta que había resucitado al niño de entre los muertos. El nuevo converso estableció una fundación piadosa en la iglesia del “accidente” y del milagro, y muchos otros judíos se convirtieron debido a este milagro y a su testimonio.
Adaptado de Albert J. Herbert, Resucitado de la Muerte,
Rockford TAN Books & Publishers, 1986, pp. 96-98.
Publicado el 26 de octubre de 2024
Rockford TAN Books & Publishers, 1986, pp. 96-98.
Publicado el 26 de octubre de 2024