Scourges against Marriage 7 - The Infamous Vice of Impurity in Marriage Causes Horror to Heaven

Verdades Olvidadas

El infame vicio de la impureza en el matrimonio causa horror al cielo

San Juan Vianney, el célebre Cura de Ars, es bastante severo cuando trata con las disposiciones inmorales que las parejas pueden tener al contraer matrimonio. Aquellas disposiciones, que ya eran tan malas en el siglo XIX cuando él vivía, han llegado hoy a un ápice que él no podría haber imaginado.

Sus amonestaciones no pueden ser más oportunas, cuando las prácticas inmorales más atrevidas se proponen como normales en el matrimonio.

Curé d'Ars
Que nadie dude, queridos hermanos, que podemos salvarnos en todos los estados de vida que Dios ha creado, cada uno en ese estado que Dios nos destinó si tenemos las disposiciones que Dios nos pide. Así que, si nos condenamos en nuestro estado, es porque no hemos entrado en él con buenas disposiciones. Pero es cierto que algunos estados tienen muchas más dificultades que otros. Sabemos que el matrimonio es el que tiene más dificultades que cualquier otro; además, vemos que es a la que entramos con peor disposición.

Cuando uno desea recibir el Sacramento de la Confirmación, hace un retiro, trata de ser bien instruido para ser digno de las gracias que le acompañan. Pero para el Sacramento del Matrimonio, del que normalmente depende la salvación eterna o la condenación de quien lo recibe, lejos de estar preparado por un retiro u otra buena acción para entrar en él, parece que las personas no se cansan de acumular crimen tras crimen para recibirlo.

Parece que uno nunca se cansa de hacer el mal para merecer la maldición de Dios, que le traerá desgracia en esta vida y le preparará un infierno para toda la eternidad. …

Tan pronto como un joven o una joven comienza a pensar en casarse, comienzan a alejarse de Dios abandonando la Religión, la oración y los Sacramentos. Las diversiones y los placeres reemplazan a la Religión y los crímenes más vergonzosos reemplazan a los Sacramentos. Continúan por este camino hasta el momento de contraer Matrimonio, en el que la mayoría consuma su eterna condenación cometiendo tres sacrilegios en dos o tres días: es decir, profanando el Sacramento de la Penitencia, el de la Eucaristía y el de la Matrimonio, si el sacerdote tiene la desgracia de haberles administrado los dos primeros Sacramentos. Digo que esto sucede al menos en la mayor parte de las parejas, si no en todas.

La gran cantidad de cristianos contraen matrimonio con el corazón mil veces más podrido por el infame vicio de la impureza que una gran cantidad de paganos, que no se habrían atrevido a hacer lo que hacen la mayoría de los cristianos. Una mujer joven que desea tener un hombre joven no tiene más reserva que la bestia más inmunda. ¡Pobre de mí! Abandona al Buen Dios y, a su vez, el Buen Dios la abandona a ella: Se lanza de lleno a todo lo que es más infame.

¡Pobre de mí! ¿Qué puede ser y llegar a ser de estas pobres personas que reciben el Sacramento del Matrimonio en tal estado de ánimo? ¿Y cuántos de estos desdichados ni siquiera se acusarán en la Confesión? ¡Dios mío! ¡Con qué horror puede y debe mirar el Cielo estos matrimonios!

St Jean Marie Vianney, Sermon del Matrimonio, §§ 3-5
TIA's translation from French
Publicado el 20 de febrero de 2023

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