'Dios levantará a los más grandes santos en los últimos tiempos'
En el siglo XVII, el mundo vio un gran profeta de Nuestra Señora y su Reino venidero, que sería en los Últimos Días de la historia del mundo. En su monumental obra La verdadera devoción a María, San Luis María Grignion de Montfort habla de los esclavos de María que vendrán, quienes “sobrepasarán en santidad a la mayoría de los otros santos, tanto como los cedros del Líbano se elevan sobre pequeños arbustos.”
Proclama que trae un auténtico mensaje de Dios sobre el mayor honor y más amplio conocimiento y más prominente amor que Dios ha reservado a Nuestra Señora en los Últimos Tiempos, la última era de la Iglesia antes del Fin de los Tiempos, para que Cristo reine en sociedad en Ella, por Ella y con Ella. A Jesús por María.
San Louis Grignion de Montfort
Todos los ricos del pueblo, para usar una expresión del Espíritu Santo como lo explica San Bernardo, todos los ricos del pueblo mirarán suplicantes el rostro de Nuestra Señora a lo largo de todos los tiempos, y particularmente cuando el mundo se acerca a su fin. Esto quiere decir que los más grandes santos, los más ricos en gracia y virtud, serán los más asiduos en la oración a la Santísima Virgen, viéndola como modelo perfecto a imitar y como poderosa ayuda para asistirlos.
Dije que esto sucederá especialmente hacia el fin del mundo, y de hecho pronto, porque Dios Todopoderoso y Su Santa Madre van a levantar grandes santos que superarán en santidad a la mayoría de los otros santos tanto como los cedros del Líbano se elevan sobre pequeños arbustos. …
Estas grandes almas llenas de gracia y de celo serán escogidas para oponerse a los enemigos de Dios que rugen por todas partes. Serán excepcionalmente devotos de la Santísima Virgen. Iluminados por su luz, fortalecidos por su alimento, guiados por su espíritu, sostenidos por su brazo, cobijados bajo su protección, lucharán con una mano y construirán con la otra.
Con una mano darán batalla, derribando y aplastando a los herejes y sus herejías, a los cismáticos y sus cismas, a los idólatras y sus idolatrías, a los pecadores y sus maldades. Por otra parte edificarán el templo del verdadero Salomón y la mística Ciudad de Dios, es decir, la Santísima Virgen, a quien los Padres de la Iglesia llaman Templo de Salomón y Ciudad de Dios.
Con la palabra y el ejemplo atraerán a todos los hombres a una verdadera devoción a
Ella y aunque esto hará muchos enemigos, también traerá muchas victorias y mucha gloria solo a Dios. Así lo reveló Dios a San Vicente Ferrer (1350-1419), aquel Apóstol insigne de su época, como lo ha demostrado sobradamente en una de sus obras.
Esto parece haber sido anunciado por el Espíritu Santo en el Salmo 58: "El Señor reinará en Jacob y en todos los confines de la tierra. Se convertirán al anochecer y tendrán hambre como perros e irán alrededor de la ciudad para encontrar algo que comer". Esta ciudad en torno a la cual deambularán los hombres del fin del mundo buscando la conversión y el apaciguamiento del hambre de justicia que tienen es la Santísima Virgen, que es llamada por el Espíritu Santo la Ciudad de Dios.
Continuará...
Tratado sobre la verdadera devoción a la Santísima Virgen,
Parte 1, n. 2. "La parte de María en la santificación de las almas"
Publicado el 26 de julio de 2023
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