Ecología
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Eliminar los combustibles fósiles causará
disminución masiva del bienestar humano
En 1999, el climatólogo estadounidense Michael Mann publicó por primera vez un "gráfico de palo de hockey" que pretendía mostrar un aumento sin precedentes en la temperatura global durante el último siglo.
El gráfico de Mann apareció en el informe de 2001 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y fue seguido por la producción de la película climática apocalíptica de Al Gore, Una verdad incómoda.
Estos desarrollos llevaron a una serie continua de predicciones del fin del mundo y políticas climáticas arbitrarias que buscan reemplazar los combustibles fósiles con fuentes alternativas de energía.
Desafiando la narrativa del cambio climático
El supuesto consenso científico sobre el cambio climático cataclísmico no ha quedado sin respuesta. En 2005, los investigadores canadienses Steve McIntyre y Ross McKitrick plantearon serias dudas sobre el análisis de componentes principales en el palo de hockey del Sr. Mann.
En 2015, el autor Mark Steyn publicó A Disgrace to the Profession, que recopiló las opiniones de más de 100 científicos de primer nivel que se mostraron escépticos sobre los métodos de investigación de Mann y el grado de histeria pública generada por sus predicciones.
El verano pasado, el filósofo estadounidense y experto en energía Alex Epstein publicó su segundo libro sobre el caso moral del uso de combustibles fósiles. En Futuro fósil: por qué el florecimiento humano global requiere más petróleo, carbón y gas natural, no menos, argumentó que la inminente "emergencia climática" y la inminente "revolución renovable" se han exagerado enormemente.
El Sr. Epstein afirmó que los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía asequible en el mundo y que las políticas destinadas a reducir el uso de carbón, petróleo y gas están generando precios de la energía que se disparan, lo que ya ha producido una inflación galopante.
Reconoció que durante los últimos 170 años, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) han contribuido a grados menores de calentamiento, pero sus beneficios han sacado a miles de millones de personas de la pobreza. En gran parte debido a las medidas de adaptación posibles gracias a las máquinas y la tecnología que funcionan con combustibles fósiles, el mundo se ha vuelto más habitable y la mortalidad relacionada con el clima está en su punto más bajo.
Según el análisis del Sr. Epstein, “Los combustibles fósiles son una fuente de energía excepcionalmente rentable. La energía rentable es esencial para el florecimiento humano. Miles de millones de personas sufren y mueren por falta de energía rentable”.
Señaló que la energía eólica y solar han sido subsidiadas durante décadas, pero aún se requieren combustibles fósiles para producir al menos el 80 por ciento de la energía mundial.
Los beneficios de la adaptación frente a la mitigación
Escribiendo este verano en una publicación del Instituto Macdonald-Laurier (MLI), el Sr. McKitrick señaló que las políticas gubernamentales se centran casi por completo en la reducción de emisiones o la "mitigación" sobre los beneficios de la "adaptación" humana.
El profesor de la Universidad de Guelph y autor de Análisis económico de la política ambiental ha estado estudiando el cambio climático, la política climática y la economía ambiental desde la década de 1990. Es el mismo Sr. McKitrick que contribuyó a exponer la ilusión del palo de hockey de Mann hace más de una década.
El informe MLI señala que "los defensores de la política climática se han resistido durante mucho tiempo a discutir la adaptación, quizás por que temen que pueda ser efectivo: si a través de la adaptación podemos reducir sustancialmente o incluso eliminar los efectos negativos del cambio climático, esto debilitará el caso de una descarbonización profunda y la eliminación de los combustibles fósiles, que algunos en el movimiento climático ven como un fin en sí mismo”.
El Sr. McKitrick dice que la adaptación tiene un historial de éxito no reconocido, mientras que la mitigación ha sido un fracaso costoso. Después de décadas de esfuerzos draconianos de mitigación, las emisiones globales de CO2 han seguido aumentando.
Si bien las medidas prohibitivamente costosas de reducción de CO2 no han logrado prevenir el cambio climático, la adaptación ha tenido un éxito considerable en la reducción de los riesgos para la salud y la protección de la producción agrícola de la inestabilidad climática. A medida que aumentan los costos de la mitigación, el Sr. McKitrick sostiene que los formuladores de políticas deben enfrentar la perspectiva de que sus políticas actuales puedan impedir la adaptación y aumentar el sufrimiento humano.
Epstein y McKitrick parecen estar de acuerdo en que las personas al margen de la prosperidad queman combustibles fósiles por una muy buena razón. Nuestros “warmerati” privilegiados pueden darse el lujo de seguir un estilo de vida verde de moda, pero para legiones de personas comunes y corrientes, el acceso a los combustibles fósiles es una cuestión de vida o muerte. Insistir en que las personas en economías en dificultades alcancen el "cero neto" solo resultará en un mayor declive.
Las medidas radicales contra el impacto destruirán el florecimiento humano
Los críticos de los planes del gobierno para deshacerse de los combustibles fósiles sostienen que el vínculo entre la energía asequible y el desarrollo humano es prácticamente irrefutable.
Las opiniones de las personas sobre el “cambio climático” dependen casi por completo de un marco ideológico adquirido. Quienes elijan considerar la eliminación del impacto humano sobre la naturaleza como un fin en sí mismo sacrificarían el bienestar de miles de millones para lograr su visión utópica.
Las predicciones climáticas catastróficas se han hecho desde la década de 1970. La mayoría no se ha hecho realidad: no hay una nueva edad de hielo; ningún calentamiento intolerable en relación directa con los niveles de CO2; no hay desaparición de hielo polar ni de osos polares; ningún aumento excepcional en los niveles de los océanos; ausencia de sucesos anormales de fenómenos meteorológicos extremos; no hubo malas cosechas ni hambrunas generalizadas.
Bjorn Lomborg, autor de The Skeptical Environmentalist y ex director del Instituto de Evaluación Ambiental del gobierno danés, recientemente afirmó que “las soluciones propuestas para reducir el CO2 son increíblemente caras y terriblemente ineficaces.”
Conrad Black historiador y editor de periódicos canadiense escribió una vez que “el cambio climático, para usar una frase de Napoleón, ha entrado en el reino de las ‘mentiras acordadas”. Sugirió que “cualquiera que afirme certeza sobre este tema es un charlatán.”
De hecho, solo las economías de libre mercado impulsadas por los combustibles fósiles han sido lo suficientemente productivas para sacar a millones de personas de la pobreza y brindar una amplia gama de servicios sociales, de salud y educativos a los miembros vulnerables de la sociedad.
Décadas de experiencia han demostrado que reducir drásticamente los niveles de CO2 puede no ser factible. Investigadores desapasionados están comenzando a concluir que la adaptación a las variaciones climáticas es la forma más efectiva de reducir el impacto del calentamiento y permitir que los productores de alimentos se beneficien de las cambiantes condiciones de cultivo.
Las medidas radicales contra el impacto destruirán el florecimiento humano. Es probable que librar al mundo de los combustibles fósiles deje a decenas de seres humanos pobres, hambrientos y desamparados.
Debe haber algo que podamos hacer para insistir en que los políticos vuelvan a examinar este curso de acción imprudente.
Este artículo fue publicado el 3 de agosto de 2023, en Technocracy News.
El gráfico de Mann apareció en el informe de 2001 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y fue seguido por la producción de la película climática apocalíptica de Al Gore, Una verdad incómoda.
Estos desarrollos llevaron a una serie continua de predicciones del fin del mundo y políticas climáticas arbitrarias que buscan reemplazar los combustibles fósiles con fuentes alternativas de energía.
Desafiando la narrativa del cambio climático
El supuesto consenso científico sobre el cambio climático cataclísmico no ha quedado sin respuesta. En 2005, los investigadores canadienses Steve McIntyre y Ross McKitrick plantearon serias dudas sobre el análisis de componentes principales en el palo de hockey del Sr. Mann.
Al Gore afirmó que los casquetes polares ya no existirían como consecuencia del CO2
El verano pasado, el filósofo estadounidense y experto en energía Alex Epstein publicó su segundo libro sobre el caso moral del uso de combustibles fósiles. En Futuro fósil: por qué el florecimiento humano global requiere más petróleo, carbón y gas natural, no menos, argumentó que la inminente "emergencia climática" y la inminente "revolución renovable" se han exagerado enormemente.
El Sr. Epstein afirmó que los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía asequible en el mundo y que las políticas destinadas a reducir el uso de carbón, petróleo y gas están generando precios de la energía que se disparan, lo que ya ha producido una inflación galopante.
Reconoció que durante los últimos 170 años, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) han contribuido a grados menores de calentamiento, pero sus beneficios han sacado a miles de millones de personas de la pobreza. En gran parte debido a las medidas de adaptación posibles gracias a las máquinas y la tecnología que funcionan con combustibles fósiles, el mundo se ha vuelto más habitable y la mortalidad relacionada con el clima está en su punto más bajo.
Según el análisis del Sr. Epstein, “Los combustibles fósiles son una fuente de energía excepcionalmente rentable. La energía rentable es esencial para el florecimiento humano. Miles de millones de personas sufren y mueren por falta de energía rentable”.
Señaló que la energía eólica y solar han sido subsidiadas durante décadas, pero aún se requieren combustibles fósiles para producir al menos el 80 por ciento de la energía mundial.
Los beneficios de la adaptación frente a la mitigación
Escribiendo este verano en una publicación del Instituto Macdonald-Laurier (MLI), el Sr. McKitrick señaló que las políticas gubernamentales se centran casi por completo en la reducción de emisiones o la "mitigación" sobre los beneficios de la "adaptación" humana.
El profesor de la Universidad de Guelph y autor de Análisis económico de la política ambiental ha estado estudiando el cambio climático, la política climática y la economía ambiental desde la década de 1990. Es el mismo Sr. McKitrick que contribuyó a exponer la ilusión del palo de hockey de Mann hace más de una década.
El informe MLI señala que "los defensores de la política climática se han resistido durante mucho tiempo a discutir la adaptación, quizás por que temen que pueda ser efectivo: si a través de la adaptación podemos reducir sustancialmente o incluso eliminar los efectos negativos del cambio climático, esto debilitará el caso de una descarbonización profunda y la eliminación de los combustibles fósiles, que algunos en el movimiento climático ven como un fin en sí mismo”.
El Sr. McKitrick dice que la adaptación tiene un historial de éxito no reconocido, mientras que la mitigación ha sido un fracaso costoso. Después de décadas de esfuerzos draconianos de mitigación, las emisiones globales de CO2 han seguido aumentando.
Dr. Ross McKitrick
Epstein y McKitrick parecen estar de acuerdo en que las personas al margen de la prosperidad queman combustibles fósiles por una muy buena razón. Nuestros “warmerati” privilegiados pueden darse el lujo de seguir un estilo de vida verde de moda, pero para legiones de personas comunes y corrientes, el acceso a los combustibles fósiles es una cuestión de vida o muerte. Insistir en que las personas en economías en dificultades alcancen el "cero neto" solo resultará en un mayor declive.
Las medidas radicales contra el impacto destruirán el florecimiento humano
Los críticos de los planes del gobierno para deshacerse de los combustibles fósiles sostienen que el vínculo entre la energía asequible y el desarrollo humano es prácticamente irrefutable.
Las opiniones de las personas sobre el “cambio climático” dependen casi por completo de un marco ideológico adquirido. Quienes elijan considerar la eliminación del impacto humano sobre la naturaleza como un fin en sí mismo sacrificarían el bienestar de miles de millones para lograr su visión utópica.
Las predicciones climáticas catastróficas se han hecho desde la década de 1970. La mayoría no se ha hecho realidad: no hay una nueva edad de hielo; ningún calentamiento intolerable en relación directa con los niveles de CO2; no hay desaparición de hielo polar ni de osos polares; ningún aumento excepcional en los niveles de los océanos; ausencia de sucesos anormales de fenómenos meteorológicos extremos; no hubo malas cosechas ni hambrunas generalizadas.
Bjorn Lomborg, autor de The Skeptical Environmentalist y ex director del Instituto de Evaluación Ambiental del gobierno danés, recientemente afirmó que “las soluciones propuestas para reducir el CO2 son increíblemente caras y terriblemente ineficaces.”
Los paneles solares son caros, ineficientes y ahora
se revela
que son tóxicos también
De hecho, solo las economías de libre mercado impulsadas por los combustibles fósiles han sido lo suficientemente productivas para sacar a millones de personas de la pobreza y brindar una amplia gama de servicios sociales, de salud y educativos a los miembros vulnerables de la sociedad.
Décadas de experiencia han demostrado que reducir drásticamente los niveles de CO2 puede no ser factible. Investigadores desapasionados están comenzando a concluir que la adaptación a las variaciones climáticas es la forma más efectiva de reducir el impacto del calentamiento y permitir que los productores de alimentos se beneficien de las cambiantes condiciones de cultivo.
Las medidas radicales contra el impacto destruirán el florecimiento humano. Es probable que librar al mundo de los combustibles fósiles deje a decenas de seres humanos pobres, hambrientos y desamparados.
Debe haber algo que podamos hacer para insistir en que los políticos vuelvan a examinar este curso de acción imprudente.
Publicado el 14 de agosto de 2023
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