Cuentos y leyendas
Santa María Magdalena y el huevo de Pascua Rojo
Muchos iconos orientales presentan a María Magdalena
con un huevo rojo
El gran cuadro de la Iglesia de Santa María Magdalena en el Huerto de Getsemaní
Según la Tradición, Santa María Magdalena buscó dar a conocer el Evangelio a los más grandes poderes terrenales. Para lograr este fin, solicitó una audiencia con el emperador romano Tiberio. Su rango en la sociedad le permitió ser admitida ante la presencia del Emperador.
Cuando el Emperador le hizo señas para que hablara, ella comenzó a describir las atrocidades de la injusta condenación de Nuestro Señor por parte de Pilato y de las glorias de la Resurrección de Nuestro Señor. Ella exclamó con alegría "¡Cristo ha resucitado!" y declaró que en verdad lo había visto.
Mientras describía la Resurrección, Santa María Magdalena le obsequió un huevo con las palabras: "¡Cristo ha resucitado!". En aquellos días, la presentación de un huevo era un signo de alegría.
Luego lo usó para explicar cómo un pollito que emerge de un huevo aparentemente sin vida puede compararse con la Resurrección en la que Nuestro Señor resucitó de entre los muertos y salió de la tumba. Le contó al Emperador los sufrimientos del Salvador en la Cruz.
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El Emperador aún permanecía incrédulo declarando que él no creería más que un hombre pudiera resucitar de entre los muertos que el huevo en la mano de María Magdalena debería volverse rojo. Con estas palabras, Nuestro Señor obró un milagro en la mano de Santa María Magdalena, cambiando el color natural del huevo a un tono rojo intenso.
Por esta razón, durante siglos, los católicos de Europa del Este tiñen los huevos de rojo en Pascua y distribuyen estos huevos como regalos a sus amigos y vecinos.
¡Qué digno tributo a la Resurrección de Nuestro Señor y al gran amor de aquella mujer que más amó porque fue perdonada de los más graves pecados por los méritos de la Preciosa Sangre!
Publicado el 12 de mayo de 2023