Cuentos y leyendas
Nuestra Señora Sofoca un Levantamiento Indio
El 6 de agosto de 1771, el P. Junípero Serra envió al P. Pedro Cambón y el P. Ángel Somera, con una guardia de 10 soldados y los arrieros con la caravana de víveres de San Diego con el fin de fundar la nueva Misión San Gabriel Arcángel. Viajaron con dirección norte, siguiendo la ruta de la primera Santa Expedición de 1769 encabezada por el Gobernador Portolá.
Misión San Gabriel con sus contrafuertes rematados moriscos, fundada el 8 de septiembre de 1771
Cuando el grupo estaba decidiendo la elección del lugar, apareció una numerosa banda de paganos, todos armados y dirigidos por dos jefes. Con gritos de guerra espeluznantes, intentaron impedir la fundación de la misión.
Los Padres temían mucho que fuera inminente una batalla que seguramente resultaría en la muerte de no pocos. Entonces uno de ellos sacó un lienzo en el que estaba pintada la imagen de Nuestra Señora de los Dolores y lo levantó a la vista de los bárbaros. Tan pronto como se hizo esto, esa banda feroz fue conquistada por esa hermosa imagen.
Los indios vieron la imagen, arrojaron sus armas y se apresurarona ofrecerle cuentas y baratijas
También convocaron a los indios de los pueblos cercanos; así, un número cada vez mayor de hombres, mujeres y niños acudían a ver a la Santísima Virgen. Vinieron trayendo varias semillas, las cuales colocaron a los pies de la Santísima Señora, pensando que las consumiría como lo hacían otros humanos.
Algo similar ocurrió con las mujeres paganas de la Misión de San Diego luego de que sus habitantes fueron pacificados. A los indios se les mostró otra imagen de la Virgen María, la imagen de Nuestra Señora de Belén con el Niño Jesús en brazos que permaneció en la Misión de San Diego un año hasta la fundación de la Misión de Monterey. La noticia se extendió a los pueblos cercanos y los nativos acudieron en masa para verlo.
Como no podían entrar en el recinto, excluidos por la empalizada, llamaron a los Padres, y las mujeres incluso metieron sus pechos entre los postes del recinto que salvaguardaban la estatua de tamaño natural de Nuestra Señora de Belén, significando de esta manera vívida que vinieron a dar leche a aquel tierno y hermoso Niño en posesión de los Padres.
El cementerio de la Misión de San Gabriel, el primero de California, es el lugar de descanso final de unos 6.000 neófitos
Los Padres procedieron a explorar toda la amplia llanura y comenzaron la Misión en el lugar que consideraron más adecuado, utilizando las mismas ceremonias utilizadas en la fundación de las demás Misiones.
La primera Misa se celebró bajo un pequeño refugio hecho de ramas en la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, el 8 de septiembre de 1771. Al día siguiente se iniciaron las obras de la Capilla que debía servir de Iglesia provisional, y también de casa de los Padres y otra de la tropa, todo ello hecho de empalizada y rodeado por una empalizada como precaución ante posibles ataques.
La mayor parte de la madera para las construcciones era cortada y arrastrada por los propios indios, quienes también ayudaban en la construcción de las pequeñas casas. Por esta razón, los Padres se animaron a esperar un gran éxito y que los paganos no tardarían en abrazar el dulce yugo de la ley del Evangelio.
Dos años después de la fundación de la Misión, ya eran 73 los bautizados, continúa informando Palou. Y cuando el Ven. padre Serra murió, la misión contaba con 1.019 neófitos.
Hoy en día, la pintura de más de 300 años de antigüedad cuelga frente y ligeramente a la izquierda del antiguo Altar Mayor y retablo del Santuario de la Misión.
La cruz y Marcas en la entrada de la Misión San Gabriel.
La historia anterior fue tomada de la biografía del P. Palou hecha por el P. Serra. El propio Fray Junípero Serra menciona el cuadro que se colocó en la Misión y era el favorito de los lugareños, especialmente de las mujeres que la visitaban a diario y le llevaban regalos. El último relato fue de Pedro Fages, el primer vicegobernador de las “Californias” que no cooperó con los misioneros franciscanos. Su relato registra su molestia por la cantidad de nativos que llevaban regalos a la Mater Dolorosa y la buscaban a diario.
Nuestra Señora de los Dolores, enmarcada en hierro forjado,
se puede ver en el Santuario de la Misión
Extracto del libro de Francisco Palou
Vida y labores apostólicas del Venerable Padre Junípero Serra
Trans. Maynard J. Geiger, Washington D.C., 1955
Publicado el 15 de junio de 2024
Vida y labores apostólicas del Venerable Padre Junípero Serra
Trans. Maynard J. Geiger, Washington D.C., 1955
Publicado el 15 de junio de 2024