Sociedad Orgánica
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
El conocimiento implícito de la inocencia
¿Qué es el conocimiento de uno mismo? ¿Qué es el conocimiento?
El conocimiento explícito proviene necesariamente de un conocimiento implícito. El conocimiento implícito es un pedúnculo fecundo del que crece continuamente el conocimiento explícito. Cada persona tiene este conocimiento implícito, que es a la vez un tesoro y una reserva interna. El límite superior de esta reserva es el conocimiento que se vuelve explícito para que el hombre pueda pensar explícitamente sobre él. Pero este pensamiento debería referirse a ese reservorio implícito y estimularlo.
Hay, por tanto, un orden implícito que es racional cuando se vuelve explícito; pero mientras no sea explícito no podemos decir que sea racional, sino razonable. Sólo puede volverse explícito cuando la razón entra en escena.
El conjunto del conocimiento humano podría representarse mediante un gran bloque donde la parte inferior está implícita y la superior explícita. La parte inferior transfiere continuamente conocimiento implícito a la zona explícita. Además, en el sector más profundo de la zona implícita –el urwald, que en alemán significa bosque primitivo y más profundo– se están adquiriendo continuamente otras comprensiones implícitas.
Ahora bien, en estas profundidades del conocimiento implícito, en este depósito de datos implícitos, hay algo más: las cuatro virtudes cardinales en general y la virtud de la templanza en particular. Con estas virtudes un individuo ordena con templanza la zona implícita y pasa estas cosas implícitas a la zona explícita para cumplir la contingencia de su propio ser.
Así se ordena el proceso implícito-explícito del conocimiento.
¿Cómo se presenta esta primera zona de lo implícito? Está compuesto de impulsos, llamamientos y tendencias que están condicionados por lo bueno que hay en el temperamento del individuo y lo conducen ordenadamente a desear cosas buenas, muy buenas y excelentes, siempre mejores y más sublimes; así asciende constantemente para alcanzar aspiraciones inefables.
Es en esta región más profunda del alma donde operan las devociones al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado Corazón de María y a la Iglesia Católica. Funciona de tal manera que si la persona corresponde aquí – que es la inocencia – todo el edificio de su alma se levantará de manera magnífica. Si no corresponde, todo empieza a torcerse.
La inocencia es un estado del alma que corresponde a la rectitud de esta zona implícita, a la rectitud de ese trabajo de hacer explícito lo implícito, y de lo explícito produciendo luego otro explícito. Es la inocencia lo que hace que el alma sea bella, sincera, bien orientada, etc.
La pedagogía moderna hace todo lo posible para destruir esto en el niño. El niño se reduce a ser un medio para proporcionar disfrute a los demás. Esto mata la inocencia.
Renacimiento y Humanismo
Si tuviera que escribir una historia abarcadora de la Revolución, podrían estar seguros de que comenzaría con el Renacimiento y el Humanismo, y comenzaría analizando este punto de la inocencia. Fue en este punto que el Renacimiento y el Humanismo comenzaron a cometer absurdos extraordinarios.
Una forma interesante de escribir esta historia sería comenzar no con un análisis de las clases sociales, sino con el estudio de las diferentes generaciones y sus relaciones dentro de la familia. Por ejemplo, estudiar cómo se modificó el trato hacia las personas mayores. En el último periodo de la Edad Media los ancianos eran admirados y respetados como paradigmas por todos.
A partir del Renacimiento los ancianos se convirtieron en personas inútiles en la familia. En cierto momento, el anciano se convirtió en la personificación del error y del pasado: se convirtió en el epítome de lo que la modernidad debe destruir.
A esto le seguiría un análisis de cómo se consideraba al hombre adulto; después, la juventud y las distintas etapas de la niñez.
Error del racionalismo
En el niño casi todo está implícito, no explícito. Lo que cada hombre tiene de lo implícito es un tesoro. Mientras el niño hace uso de su pequeña reserva de conocimiento explícito, el hombre tiene una enorme reserva de él. Con el tiempo, cuando el hombre hace uso de ese capital colosal, por un error del Racionalismo, comienza a utilizar su conocimiento explícito desligado del conocimiento implícito. Con esto entra algo malo.
Papel equivocado atribuido al Clero
En cuanto al clero, fuimos formados con la idea de que si la Iglesia tuviera un buen clero, tendría absolutamente todo lo necesario para cumplir su misión. Los laicos de manera complementaria podrían dar alguna ayuda, pero no sería necesaria. Un buen clero resolvería todo.
Ésta es una noción errónea, que en cierto modo entra en choque con la organicidad. Un corolario del principio de organicidad es que todos los órganos de la sociedad deben estar ordenados y trabajar juntos. En esta función ordenadora generadora de organicidad, ningún lugar queda vacío, ningún papel se reserva; es necesaria una colaboración entre todos para constituir el todo, que incluye tanto las sociedades temporales como las espirituales que conviven y constituyen la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
La Iglesia católica también está compuesta por laicos. Si alguien dijera que la Iglesia católica está compuesta sólo por clérigos y no por laicos, diría algo que no es cierto. La Iglesia Militante está compuesta por el clero y los laicos; los laicos en la Iglesia tienen una función subordinada, que es la de aprender, pero no es función de robots.
Los laicos tienen un papel creador, un papel nutritivo sin el cual la Iglesia que aprende (Ecclesia Docens) sería un organismo que no participaría de la vitalidad de la Iglesia católica. Esto es absurdo.
Publicado el 27 de junio de 2024
Hay, por tanto, un orden implícito que es racional cuando se vuelve explícito; pero mientras no sea explícito no podemos decir que sea racional, sino razonable. Sólo puede volverse explícito cuando la razón entra en escena.
El conjunto del conocimiento humano podría representarse mediante un gran bloque donde la parte inferior está implícita y la superior explícita. La parte inferior transfiere continuamente conocimiento implícito a la zona explícita. Además, en el sector más profundo de la zona implícita –el urwald, que en alemán significa bosque primitivo y más profundo– se están adquiriendo continuamente otras comprensiones implícitas.
Ahora bien, en estas profundidades del conocimiento implícito, en este depósito de datos implícitos, hay algo más: las cuatro virtudes cardinales en general y la virtud de la templanza en particular. Con estas virtudes un individuo ordena con templanza la zona implícita y pasa estas cosas implícitas a la zona explícita para cumplir la contingencia de su propio ser.
Así se ordena el proceso implícito-explícito del conocimiento.
¿Cómo se presenta esta primera zona de lo implícito? Está compuesto de impulsos, llamamientos y tendencias que están condicionados por lo bueno que hay en el temperamento del individuo y lo conducen ordenadamente a desear cosas buenas, muy buenas y excelentes, siempre mejores y más sublimes; así asciende constantemente para alcanzar aspiraciones inefables.
Es en esta región más profunda del alma donde operan las devociones al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado Corazón de María y a la Iglesia Católica. Funciona de tal manera que si la persona corresponde aquí – que es la inocencia – todo el edificio de su alma se levantará de manera magnífica. Si no corresponde, todo empieza a torcerse.
La inocencia es un estado del alma que corresponde a la rectitud de esta zona implícita, a la rectitud de ese trabajo de hacer explícito lo implícito, y de lo explícito produciendo luego otro explícito. Es la inocencia lo que hace que el alma sea bella, sincera, bien orientada, etc.
La pedagogía moderna hace todo lo posible para destruir esto en el niño. El niño se reduce a ser un medio para proporcionar disfrute a los demás. Esto mata la inocencia.
Renacimiento y Humanismo
Si tuviera que escribir una historia abarcadora de la Revolución, podrían estar seguros de que comenzaría con el Renacimiento y el Humanismo, y comenzaría analizando este punto de la inocencia. Fue en este punto que el Renacimiento y el Humanismo comenzaron a cometer absurdos extraordinarios.
La tendencia a presentar a los viejos como tontos aumentó a medida que avanzaba la Revolución.
A partir del Renacimiento los ancianos se convirtieron en personas inútiles en la familia. En cierto momento, el anciano se convirtió en la personificación del error y del pasado: se convirtió en el epítome de lo que la modernidad debe destruir.
A esto le seguiría un análisis de cómo se consideraba al hombre adulto; después, la juventud y las distintas etapas de la niñez.
Error del racionalismo
En el niño casi todo está implícito, no explícito. Lo que cada hombre tiene de lo implícito es un tesoro. Mientras el niño hace uso de su pequeña reserva de conocimiento explícito, el hombre tiene una enorme reserva de él. Con el tiempo, cuando el hombre hace uso de ese capital colosal, por un error del Racionalismo, comienza a utilizar su conocimiento explícito desligado del conocimiento implícito. Con esto entra algo malo.
Papel equivocado atribuido al Clero
En cuanto al clero, fuimos formados con la idea de que si la Iglesia tuviera un buen clero, tendría absolutamente todo lo necesario para cumplir su misión. Los laicos de manera complementaria podrían dar alguna ayuda, pero no sería necesaria. Un buen clero resolvería todo.
Ni San José ni Nuestra Señora formaban parte del clero; en cambio, pertenecían a los laicos y desempeñaron un papel vital
La Iglesia católica también está compuesta por laicos. Si alguien dijera que la Iglesia católica está compuesta sólo por clérigos y no por laicos, diría algo que no es cierto. La Iglesia Militante está compuesta por el clero y los laicos; los laicos en la Iglesia tienen una función subordinada, que es la de aprender, pero no es función de robots.
Los laicos tienen un papel creador, un papel nutritivo sin el cual la Iglesia que aprende (Ecclesia Docens) sería un organismo que no participaría de la vitalidad de la Iglesia católica. Esto es absurdo.
Publicado el 27 de junio de 2024
Sociedad Orgánica fue un tema querido por el difunto Prof. Plinio Corrêa de Oliveira. Abordó este tema en innumerables ocasiones durante su vida, a veces en conferencias para la formación de sus discípulos, a veces en reuniones con amigos que se reunieron para estudiar los aspectos sociales y la historia de la cristiandad, a veces de pasada.
Prof. Plinio
Atila S. Guimarães seleccionó extractos de estas conferencias y conversaciones de las transcripciones de las cintas y sus propias notas personales. Los tradujo y los adaptó en artículos para el sitio web de TIA. En estos textos, la fidelidad a las ideas y palabras originales se mantiene tanto como sea posible.
_____________________
______________________
 Volume I |
 Volume II |
 Volume III |
 Volume IV |
 Volume V |
 Volume VI |
 Volume VII |
 Volume VIII |
 Volume IX |
 Volume XI |
 Special Edition |
 Special Edition |